Homoerotic °CHANBAEK°

[MERRY XMAS, DADDY]

➡️Especial navideño.

➡️1288 palabras.
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"Make my wish come true, ¡All I want for Christmas... is you!"

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Baekkie se dejó caer encima de las piernas de Chanyeol cuando la pista del karaoke dejó de sonar. Sonriendo se acurrucó en su abrazo y se dejó mimar por las manos cálidas de su esposo. Permitiendo que aquellos dedos largos y gruesos presionaran de arriba a abajo en sus pantorrillas.

No era de extrañar que sus piernas dolieran. Incluso su garganta se sentía seca. Baekkie había estado bailando y cantando desde antes de que la posada de la empresa comenzara. Así que, definitivamente, la canción de Mariah Carey sería la última pieza que tendría el placer de interpretar para los ejecutivos y socios de Loey's.

Y es que ahora él tenía otros planes. Con su cabeza recostada en el pecho de Chanyeol y acurrucado en sus brazos musculosos, Baekkie estaba disfrutando de la vibración deliciosa que desprendían sus cuerdas vocales.

Nunca antes le había parecido tan sexy la risa de alguien más. La voz gruesa de Chanyeol y su risa profunda eran de las cosas más sensuales que tenía su hombre. Eso y sus brazos. Sus manos. Sus labios. Su mandíbula. Sus ojos oscuros. Su culo. Sus muslos delgados. Su pecho desnudo. Sus pezones erectos. Su pene palpitante.

Jodido Cristo. A Baekkie le gustaba mucho. Él amaba a Chanyeol, pensó, y suspirando comenzó a frotar con delicadeza su trasero en el miembro abultado de su esposo. Sabía que Chanyeol lo quería tanto como él. Lo sabía porque sus manos grandes habían subido sutilmente hasta sus muslos, quedándose ahí un rato, acariciando las zonas que hacían que la punta del pene de Baekkie se humedeciera.

—Chan...

—¿Sí, bebé?

Baekkie parpadeó. Suavemente se mordió el labio, mientras miraba con lujuria a los ojos de Chanyeol.

—¿Podemos ir a casa?

—¿Ahora?— Chan preguntó, al mismo tiempo que echaba un vistazo a su reloj de mano.

Baekkie lamió sus labios. Aunque la voz de Chanyeol había sonado demasiado calmada, él sabía que su hombre estaba controlando sus deseos más primitivos solo porque estaban en público. Fue por eso que se movió despacio, acercándose al oído de Chanyeol para contestarle.

Entonces, cuando estuvo lo suficientemente cerca, Baekkie suspiró en su oído, dejando que su aliento caliente cayera sobre el cuello de Chanyeol.

—Por favor.— gimió.

Con fuerza se apretó contra el cuerpo de su hombre y esperó.

Un segundo.

Dos segundos.

Lo próximo que supo es que estaba siendo esposado a la cabecera de la cama, sintiendo la frescura del lubricante caer sobre sus pezones, su pene y sus bolas. Escurriéndose hasta su entrada, despacio, para que luego Chan comenzara a masajearlo con movimientos circulares.

—Dile a daddy qué es lo que quieres.

Ahí estaba. La voz gruesa que hacía que las mejillas de Baekkie se sonrojaran. Esa voz autoritaria que hacía a su pene hincharse en respuesta. Porque no importaba cuántas veces él y Chan intimaran, todo era siempre igual de intenso. La fricción de sus cuerpos, los besos. Cada jadeo y súplica era igual de fuerte y salvaje. Justo como a Baekkie le gustaba que fuera.