Detention┃JiKook.

Única parte.

Si pudiese definir su día en palabras serían: una completa verga.

Él no podía creer que nuevamente hubiera sido atrapado en la misma situación.

Cerró la puerta de la oficina del director y escuchó pacientemente el discurso que tantas veces había oído. Las mismas frases —pensó— la misma firma de no sé qué compromiso, el mismo disco rayado de siempre.

—¿Ya me puedo ir? —preguntó unos minutos después con un gesto de fastidio, mientras se acomodaba la chaqueta del uniforme.

—No, señor Park. —gritó el director—. Apenas estamos comenzando porque usted hoy se va a detención, pero por mucho más tiempo. Esto que acaba de hacer no tiene nombre, no es para una simple firma, no señor, lo de hoy rebosó la copa.

JiMin rodó los ojos sin siquiera tener el descuido de que el director no le viera, poco ya le importaba lo que dijera ese viejo de mierda. Ya estaba harto de siempre escuchar su parafraseo por cualquier cosa que hiciera.
Había llegado allí escoltado por el prefecto de disciplina quien lo encontró en el baño de las chicas besándose sin ningún pudor con Kim Hyuna. A ella la llevaron a la coordinación femenina, a él directamente a la dirección.

JiMin y Hyuna no eran novios. Ni ella ni él sabían que era ser eso. Eran amigos, muy amigos —como solía decir ella— nada más. Y hoy; después de mucho tiempo, en el baño de las chicas, fue unos de esos momentos en que quisieron hacer valer ese derecho. Se les olvidó que estaban en el instituto, en un baño público. Quizá no se les olvidó, quizá ni siquiera les importó.

El prefecto de disciplina los encontró, no por casualidad, sino avisado por dos niñas de un grado inferior que cuando entraron a su baño se encontraron con la escena de Hyuna y JiMin besándose encaramados en un sanitario, despeinados, con el uniforme desabrochado y vuelto una fiesta. No era la primera vez que pasaba, sólo que esta vez se dejaron pillar.

Luego de que sus padres, quienes tuvieron que interrumpir una de sus "importantes" reuniones para poder responder por otros nuevos actos de su hijo, le dieran un sermón extenso, se comprometieran con el director de que una situación como esa no volvería a ocurrir, y salieran por fin de la escuela. JiMin pudo respirar tranquilo, burlándose de sus padres por prometer algo que ni ellos mismos sabían que podían cumplir ni mucho menos controlar, y entonces recordó la cita con Hyuna en el descanso.