Todavía quedaban restos
de invierno en las ventanas.
Yo ordenaba tu locura
en las partes más oscuras de la habitación.
Amenazabas con morderme -el alma- si seguía.
Yo seguí, y sonreíste pícaramente,
con cierto aire de victoria.
Te acercaste a mí,
tus manos acariciaron mis mejillas,
yo, sabiendo lo que pasaría, me quedé.
Mordiste mis labios con delicadeza,
como el que muerde una rosa, aún sabiendo que hay espinas.
Fue entonces cuando nos dimos cuenta,
Mis labios encajan perfectamente con los tuyos.
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21 motivos para amar(te).
Poetry'Y desde que te ví, supe que te conocía. Eras el amor de mi(s) vida(s)'.