Era el 3 de junio de 1957, en un viernes. Estábamos esperando a Taylor que llegará para poder subir a bordo del barco que nos llevaría a nuestra gran travesía por África. Eran aproximadamente las 2:40 de la tarde y Taylor aún no llegaba, el barco partía a las 3 en punto, cuando ya faltaban 10 minutos, finalmente, Taylor llegó. Alexa estaba muy emocionada ya que íbamos a darle una oportunidad a los pequeñitos de estudiar gratuitamente. Llegó el capitán y nos pidió que subiéramos al barco, me despedí de mi hermana, le di una cadena de plata para que me recordara mientras estaba en aquel continente tan lejano, no pude contener las lágrimas y la abracé llorando, me levanté y le pedí a mi mamá que la cuidara muy bien, ella me abrazó y me dio un cuaderno muy extenso, lo abrí, pero tenía todas y cada una de las páginas en blanco. Le pregunté para que eran y me contestó que era para que escribiera todo mi viaje. Me abrazó una vez más y se despidió, esperé a Martin para que subiéramos juntos, Alexa y Taylor ya habían subido. Al voltear vimos a nuestras madres despedirnos entre lágrimas, en cuanto subimos, zarpamos.
Ese día pasó muy rápido, cuando menos lo esperamos ya había anochecido, habíamos decidid ocompartir habitación los cuatro, tenía 2 cuartos, en uno dormían Alexa y Taylor, y en el otro, Martin y yo; también tenía 2 baños, que tenían acceso a través de las habitaciones. Me puse una ropa para dormir y salí a cubierta para ver el mar. Ahí estaba Alexa, mirando hacia el horizonte, observando el reflejo de la luna llena en el océano. Voltee hacia el gran reloj que había ahí y marcaba las 11 de la noche, me acerqué a Alexa y le pedí que fuéramos a dormir,que era muy tarde, pero se negó, me dijo que iba en un segundo, que me fuera. La dejé ahí, bajé hacia la zona donde estaban las habitaciones e intenté dirigirme hacia la mía, pero había olvidado por un momento el número de esta, después lo recordé, y recorrí toda la zona en busca de la habitación 505, cuando por fin la encontré ya eran las 12, así que en cuanto llegué cerré la puerta y fui a dormir
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El último adiós
SachbücherOtoño de 1957, 4 amigos, 1 provincia aislada, crisis de malaria, 1 jovencita olvidadiza, ¿qué podría salir mal?