Debí decirlo antes

23 2 0
                                    

Hola! Soy yo otra vez.
-Guao! Que inteligente entrada Roberto. (Digo luego de enviar el mensaje)
-Hola ¿qué pasa? (Llega de regreso un mensaje)
(Aquí vamos entonces, ya estás lista)

-Pasa mucho y a la vez pasa tan poco. Pasa tanto y a la vez no pasa nada. ¿Cómo explicarte algo que ni sé es lo qué pasa? 
Pero bueno, no eres adivino más que para saber cuando estoy de mal humor, cuando es a causa de hambre o sueño, cuando mi sonrisa es más falsa que las de las fotos del colegio para el recuerdo escolar. Cuando sacas lo mejor de mi, hasta cuando estoy envuelta en un desastre; y yo pues... soy todo un desastre. Irónico ¿que un desastre te haga sonreír?
Lo seguiré haciendo siempre que me lo permitas.
La verdad es que te quiero, me encanta salir hablar y olvidarnos del tiempo, soy tu amigo bajo cualquier término y condiciones. Quizás por eso no me he atrevido a decirte todo lo que siento que la verdad no se que siento, pero lo siento.
Te miraba y eras mi amiga adorada, a quien le hacían daño y yo lo sentía como mío, la misma que aquella noche lloraba mientras hablábamos por teléfonos y me contaba sus problemas yo solo quería teletransportarme y estar ahí para ti, poder abrazarte y decirte que todo va a estar, aunque eso tú ya lo sabías.
No se cuando todo comenzó a cambiar o bueno quizás si lo sabía pero siempre lo evadía, no es fácil aceptar algo cuando está en juego perder a una de las personas que más quieres y amas en este mundo.
Lo sé, lo sé, soy un tonto, ya te escucho decirlo al leer este mensaje, pero te vi, te vi y fue diferente.
Y no, no estabas arreglada, no llevabas vestido, ni una gota de maquillaje, la verdad ese día estabas más cansada que de costumbre y de entrada parecías niño. Pero hubo algo que cambió.
Para mi estabas hermosa, con tu pelo todo desarreglado, tu sonrisa cansada y tus ojos brillaban mientras te escuchaba hablar sobre tu día.
No es necesario decirte algo que ya supones desde que comenzaste a leer, eres hermosa. Obvio eso ya lo sabías.
Como también has notado que tu felicidad es la mía, que alegras mis días, mis mañanas, mis noches más oscuras las llenas de luz como si fueras una estrella.
Descuida, no espero respuesta a todo esto, no lo escribí con esa intención, no quiero perderte, no quiero perdernos. Me gustas, bastante. Pero más me gusta no ser tóxicos para nosotros mismos, pelear por tonterías que tienen solución en minutos, no crear una rutina, pero sobre todo seguir siendo el motivo de muchas de tus sonrisas. Seguiré siendo ese chico que te observa en silencio y sonríe al verte analizar las cosas que sabes que al final terminarás por hacer aunque te partas hasta la madre.
Solo te escribía para que sepas lo mucho que te quiero y no quiero que nada cambie. 
Quizás estas cosas no me deberían de pasar, no sé si tú las sientas igual. Tampoco espero tu respuesta, sé que lo pensarás y no creo estar listo para escuchar él interrogarlo que vendrá luego de esto. Más, así pasó, así me pasó, así seguirá pasando. Solo un día deje de verte como siempre, solo un momento bastó para verte radiar luz, solo instante para saber que eres la persona con la que compartiría mi locura por el resto de mi vida.

(Y justo antes de enviar el mensaje presionó ella la opción eliminar mensaje) 
(Debía decírtelo, pero no lo haré, quedará guardado en mi, hasta encontrar una luz que diga que lo sientes igual, sino, seguiré admirándote en silencio. Prefiero eso a perderte )

-¿tienes hambre? Vamos a cenar algo (doy un clic a enviar mensaje)

Las cosas que nunca pude decir....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora