Epílogo:

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Dos años después:

- ¡ PETER MARS! – lo reprendí. 

Se giró a verme. Tenía los ojos de su padre y mi pelo. Tenía su sonrisa y mi nariz. Era lo más hermoso que podía existir en este mundo. Sonrió mostrándome todos los dientes que tenía. Era tan pícaro, sabía como comprarme.

- ¿Qué te ha dicho mamá de hacerle cosas al gato? – le pregunte.

Tomé a nuestra pobre mascota, que otra vez estaba cambiada de color y la llave a la habitación de al lado.

- ¿Papi? – me dijo buscándolo con la mirada.

-Ya debe estar por llegar – le dije.
Se puso de pie y comenzó a caminar hacia mí. Lo mire sin poder creerlo, estaba dando sus primeros pasos. Peter tenía apenas 1 año y tres meses. Aun era muy chiquito, y ya hacía varias cosas que los demás bebes no podían hacer. Como por ejemplo mover cosas, cambiar de color al gato y jugar con su padre a hacerme enojar. Aun no puedo creer que ya hayan pasado dos años desde que mi vida cambió por completo. Que cambió por unas pocas palabras que dije una noche: ‘Le vendo mi alma al diablo…’ La puerta de casa se abrió.

- ¿Acaso estas pensando en venderme tu alma de nuevo? – me preguntó entrando.

Sonreí al verlo. Estaba llegando del trabajo, ¿Pueden creerlo? Decidió hacer lo que hacen los hombres normales. Trabajar y ganar dinero para la familia.´Peter lo miró y sin pensarlo caminó hacia él.

- ¡Mira, esta caminando preciosa! – Me dijo y cuando el pequeño estuvo cerca de él y lo alzó en brazos – Hola campeón.

- Es un bebé muy inteligente. Y ha cambiado de nuevo al gato – le dije recordando aquello.

Con nuestro hijo en brazos se acercó a mí y depositó un suave y delicado beso en mis labios.

- Sabes que no puede controlar sus poderes aún – dijo y lo dejó en suelo de nuevo.
- ¿Cómo te ha ido en el trabajo? – le pregunte y me acerque a abrazarlo. Coloque mi cabeza en su pecho.

- Como siempre. No me faltan ganas de hacerle algo al pesado de Scoter

- Ya lo hablamos Bruno, nada de cosas malas en el trabajo. Ni en casa.

- ¡Pero es insoportable! – me alejé de él.

- Lo sé, tuve que soportarlo – le dije.

Se sentó en el sillón y me hizo una seña para que me sentara sobre sus piernas. Me senté sobre él y acomodé su cabello. Lo mire fijo a los ojos, y él fuego ardió en mí. Él sonrió de esa manera que tanto me gusta.

- Llame a Jazzy, para que viniera por Peter – me dijo.

Como detesto que sepa en lo que estoy pensando. Gire la cabeza para ver a nuestro bebé. Jugaba entretenido con sus cosas, e intentaba hacer algo que yo no entendía.

- ¿Y para que? – le pregunte haciéndome la tonta. Se acercó a mi oído.

- Para que tú y yo fabriquemos otro bebé. No creo que quieras que Peter sea hijo único y no tenga con quien jugar – me susurró.

- ¿Y acaso le dijiste eso a tu hermana? – le pregunte divertida.

- Pues claro. Dijo que encantada vendría a buscarlo para que juntos hicieran el trabajo de ella.

- Bruno, sabes que no me gusta que Peter haga esas cosas.

- ______, sabes que Peter no es un bebé común. Y además Jazzy dice que a las personas les gusta verlo antes de morir. Les da como una sensación se paz. Aunque no entiendo porque.

- Podrá ser el hijo del ser más temido del mundo. Pero te aseguró que él no tiene nada de tenebroso.

- Ya veras cuando crezca lo tenebroso que será – me dijo divertido.

La puerta sonó dos veces y mi cuñada entró por ella. Peter la miró y rió divertido para luego estirar sus brazos en petición de upa. Le encantaba ver a su tía. Yo no entendía muy bien el porque. Jazzy sonrió y lo alzó.

- ¿Cómo está el bebé más lindo del mundo? – le preguntó.

- Hola Jazzy– la saludó Bruno.

- ¿Cómo estas hermanito? Hola ______ – me dijo y sonrió – Bueno este bebé y yo ya nos vamos porque creo que ustedes dos tienen varias cosas que hacer.

- Ya lo tienes claro hermanita – dijo Bruno. Lo golpeé levemente. Él rió.

- Si se pone irritado, tráelo Jazzy – le dije.
- Quédate tranquila, nosotros sabemos como divertirnos. Adiós – dijo y desapareció con él.

El silencio se hizo presente en la casa. Yo aun estaba sentada sobre sus piernas. Acaricie sus cabellos y luego bajé mi mano a su camisa. Desabroche los primeros cuatro botones.

- Ya no puedes aguantarte ¿Verdad? – me dijo.

- Solo te pongo un poco más cómodo – dije divertida.

- No te hagas cielo, si te encanta que te haga el amor.

- ¿Y como no me va a encantar? Si por donde pasas tú, pasa el fuego.


~~FIN~~

Gracias por leerla, agredecería si votaran la historia, comenten y shalala poli<3, hasta luego<3

&quot;Donde pasa él, pasa el fuego -Bruno Mars-&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora