Sin importar cuando intente esconderlo, no puedo.
La falta de ruido es perturbadora, no deja concentrarme; todos estos recuerdos golpean mi cerebro, lo que pudo ser, lo que hubiera sido, el miedo de errar otra vez. Enciendo la radio y solo oigo canciones deprimentes, perfecto. Mi reloj marca las 3, las 3 otra vez, y otra noche desperdiciada tratando de aferrarme a la delgada línea que me mantiene a flote cada que las luces se apagan, quiero dormir pero el sonido del silencio no me deja, perfecto.
Just hold me. No quiero pensar, pero imagino, tal vez si hubiese sido más paciente, si hubiese estado más calmado, quizá si hubiera escuchado. Me siento en el borde poco a poco tan lento como la quietud me deja hacerlo y respiro, 3 y 18; 3 y 18 y lamento haber tomado de tu pan, el hombre el dios es él y tú no tienes Marías que se van, una noche cualquiera para ti, una interminable probablemente para mí.
Respiro una vez más y estiro mis dedos hacia la guitarra, a tientas. Tengo miedo de quebrar este silencio, pero lo necesito, no soporto oírme, nadie lo haría. Em D C B7. Notas como el tiempo no pasa, te sobra, en este preciso instante ya no lo quieres, mientras que, al despuntar la mañana, te falta y lo quieres devuelta. 3 y 47; 3 y 47 y no entiendo lo inexorable que es sufrir, la primera de 4 verdades es que es una elección, y no sé si es mi masoquismo, pero no es lo que yo elegí.
Oh Júpiter sempiterno de blancas cabelleras, Juno la del delgado cuello, Atena la de blancas manos, Briseida la de esbelta cintura, dioses con defectos mortales ensalzados antaño, pero desacreditados y vanidosos hogaño. Divago, no quiero oírme pensar. Me pongo de pie al fin y me dirijo hacia la cocina, puedo hacerlo sin luz, no es necesaria. El refrigerados ilumina solo poco, a pesar de la helada, su luz es cálida, tomo el agua que necesito me sirvo y la bebo, despacio, la pesadilla me hizo sudar demasiado. 4 y 25, 4 y 25 y ya no recuerdo su nombre, tal vez si duermo de nuevo puedo recordarla y sufrirla solo un poco, solo un poco más.
Solo necesito descansar, de día seré yo de nuevo, me olvidaré de esta nocturna, pasajera. Hago a un lado la guitarra no tengo tiempo para regresarla a su sitio. Me echo lentamente, este silencio ya no es tan desagradable, pero no consigo dormir, mi voz está llena de suposiciones. 5 de la mañana, 5 y la campana lo asegura, las suaves manos de la diosa onírica me envuelven por fin, finalmente podré descansar, tal vez acordarme de ti, tal vez soñarte de nuevo, tal vez descansar para siempre.
Lo intenté y no pude, pero al menos, tal vez, otra noche como esta, pueda.
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Antología
Short StoryCada capítulo es una historia, no necesariamente conectadas entre ellas, no necesariamente no conectadas.