Daniel
Seis meses después.Siempre me ha gustado el sonido que hacen las gotas de lluvia chocando contra el cristal de las ventanas en las casas, en mi casa , en mi casa de mierda. Ese sonido tan relajante...
Yo, Daniel, soñaba que estaba con la chica que amaba en un día de lluvia mientras comíamos palomitas y veíamos alguna serie bajo una manta (Suena cliché, ¿Verdad?)
Ahora a mis veintisiete años estoy en mi casa, en mi casa de mierda,
aunque... Hoy mi casa no me parece tan mierda, ni el sonido de la lluvia tan relajante. Ella está aquí, conmigo por fin, después de tanto tiempo soñando con ella está aquí a mi lado. Aunque no es como lo imaginaba, no hay palomitas ni tampoco series que ver.
Mis manos están jugando con su pelo rubio mientras ella duerme, boca abajo, con los brazos hacia arriba sujetando la almohada. No tiene camiseta, solo la cubre la sábana y la verdad... La verdad que no es necesario nada más, si tiene frío aquí estoy yo para hacer que entre en calor.
Mis dedos hacen pequeños dibujos en su espalda y observo como se le eriza el vello de los brazos, después me fijo en sus ojos, tiene todo el maquillaje corrido de llorar y con mis dedos intento limpiarlo pero ya está seco y es imposible.
No entiendo por qué llora, ambos queríamos esto, lo sé, ella me desea tanto como yo a ella, quiere pasar sus días a mi lado, estoy seguro.Muy seguro.
Estoy sentado en la cama, a su lado, observándola en silencio, esperando a que se le pasen los efectos de la medicación y deseando que despierte y quién sabe si repetir nuestra noche... Lo estoy deseando y se que ella también, me ha costado tenerla aquí conmigo, pero lo sabía, sabía que no me confundiría, sabía que ella al final vendría conmigo.
Veo como se revuelve en mi cama, nuestra cama a partir de ahora y al fin abre sus preciosos ojos, uno de cada color... Aunque ahora están enrojecidos.
Me está mirando y su corazón se está acelerando, veo como su pecho sube y baja a causa de la excitación y me acerco para darle un beso en los labios y así tranquilizarla.
No le salen las palabras y vuelve a ponerse a llorar, se que estaba deseando esto con toda su alma y no puede creerse que esté pasando de verdad.
Por fin, por fin todo está saliendo como esperaba, por fin mi vida empieza a tomar el camino correcto, por fin...
Me levanto de la cama y abro la puerta que lleva hasta el cuarto de baño, me apoyo en el lavabo y me recojo la melena rubia que cae por mis hombros con una coleta, después me miro en el espejo, estoy más delgado que hace unos meses, mis ojos azules se ven empequeñecidos y mis carnosos labios están cortados, tengo los pómulos demasiado marcados a causa de la delgadez que seguramente sea culpa de la mierda que me meto en el cuerpo todos los días o por el asqueroso hábito de vomitar todos los alimentos que consumo y... Efectivamente hoy no puede ser de otra manera, primero un ardor en el estómago que sube hacia arriba y después no puedo evitarlo... Me fijo en lo que he echado en el lavabo, últimamente hasta vomito sangre, pero me da igual.
Sigo apoyado en el mueble y me fijo en la bañera, la cortina está cerrada, me acerco tambaleándome y la abro, las comisuras de mis labios se curvan ligeramente mientras que con la otra mano limpio algunos restos de vómito de mi boca, vuelvo a cerrarla. Por fin he cumplido lo que llevo jurándome toda mi vida, él iba a pagar por lo que hizo y lo he cumplido con creces.
Se acabó la historia.

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Yo, Daniel
Novela JuvenilAlessa se acaba de mudar a Madrid dejando atrás toda su vida en Castellón. Llega a su vida Daniel, un chico con un pasado muy oscuro y lleno de secretos que le harán la vida a Alessa más difícil de lo que le está siendo en Madrid. Junto con el le ac...