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🌲Capítulo 1🌲

La música resonaba por todo el coche llenando el horrible silencio del vacío, del bosque, con la suave melodía de "my blood". Movía la cabeza al ritmo de la canción tratando de entender lo historia detrás de la rara letra y sintió sus ojos humedecerse otra vez.

Intento respirar profundo, tratando de calmarse para no romper en llanto otra vez. Sus ojos estaban rojos e hinchados. El chico se resignó al sentir el ya tan familiar nudo en su garganta.

Dolía. Dolía demasiado. Las imágenes no dejaban de recorrer su mente una y otra vez como si se tratase de un rollo de película y al evocar el ultimo recuerdo que tuvo antes de caer inconsciente un sollozo escapo de su garganta siguiéndole a este muchos más.

Sollozaba su nombre mientras arañaba la piel de su rostro¸ quería arrancársela, quería calmar el dolo r emocional que sentía por uno físico. Quería... quería acurrucarse en su cama, tal vez con Julián a su lado, consolando, diciéndole que todo estaría bien. Un nuevo sollozo fue arrancado de su garganta seguido de un grito desgarrador.

-Julián-sollozo su nombre-Julián, Julián, Julián, ¡Julián! -comenzó a desesperarse. Trato de abrir la perta del auto; otra vez; tirando de la manija con fuerza, que no cedia a las fuerte sacudidas igual que a su anterior intento de escape.

<<No puedes huir, nunca lo harás>>

Esa tenebrosa voz se escuchó desde muy dentro de su mente siguiéndole el eco del vacío dentro de ella.

Pego un grito asustado y tiro de su cabello tratando de idear alguna forma de salir. Estaba encerrado en el auto, sudando por la calefacción que no había podido apagar y con la ropa desarreglada.

Tenía que salir. Salir, buscar a Julián e ir por ayuda. Porque Julián estaba bien, tenía que estar bien. El disparo que escucho en el estacionamiento no le había hecho daño. No podía. La sangre en su ropa y en sus manos no era de Julián, no era real, solo lo estaba imaginado. Era parte de su imaginación.

Repetía esto una y otra vez. Las lágrimas seguían cayendo por su rostro sin cesar y Jared comenzó a hiperventilar al borde de un ataque de pánico. Buscó desesperado algo que le sirviera de ayuda. Rebuscando en la cajuela y debajo de los asientos delanteros. No quería girar por miedo a toda la sangre que había en los asientos traseras. Sangre que estaba imaginando.

Eso era lo que su pequeña y delicada mente lo hacía creer.

Su pequeño cuerpo temblaba. Giraba de apoco tratado de no fijarse en la sangre que cubría todo. No distinguió nada al principio por su vista borrosa hasta que enfoco sus ojos en el piso de los asientos.

Cubrió su boca tratando de no gritar al ver el objeto azul ahí. Una gorra. La gorra de Julián. Esta estaba manchada en su totalidad de sangre, un agujero en el frente de este.

El frágil y delgado hilo que sostenía la cordura; balanceándola de un lado a otro como si se tratase de un péndulo; se rompió en ese mismo instante.

La realidad cayó sobre Jared como un balde de agua fría. Sintió su corazón detenerse por unos segundos, el crujido de este rompiéndose en dos, su alma abandono su cuerpo por un momento. Un fuerte dolor se instaló en su pecho y largo un grito desgarrador que resonó por todo el coche, por todo el bosque.

Tomo con fuerza el bate que se encontraba al lado de la gorra, sujetándolo hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

Comenzó a golpear todo lo que hubiera dentro del auto. La música se cortó y la calefacción se apagó. Una de los golpes fue acertado al volante del coche haciendo que el estridente sonido de la bocina lo hiciera saltar.