capitulo 15

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Me dirigí rápidamente a  donde estaba la música, y la desconecte y encendí las luces de la sala, ignorando los Ahh! De todos, volví al comedor.
Adios....bye, retírate por favor, comence a quitar a todos los que estaban  en la mesa ya que amaia a pesar de no haber música seguía bailando. -¡deja de verla y largate! Le grité a un tipo que seguía ahí.
¡Amaia baja ahora mismo de ahí! -grite tratando de controlar mi enojo.
-Amaia...volteo y me vio, yo estaba esperando un que haces aqui Garcia.
Pensé que tal vez me iba  a decir ¡largate! O ¡eres un idiota! Pero al contrario una sonrisa se dibujo en su rostro.
¡Alfred! Alargo mientras se lanzaba a mis brazos, la atrape y con cuidado deje que sus pies tocaran el piso.
¿Tomaste cierto? Le pregunté, volteándola a ver, pero solo lograba ver su cabello.
-alfred...todo se mueve... me dijo volteando hacia mi, para después ocultar su rostro en cuello. Depronto todos comenzaron a correr hacia afuera y la casa en cuestión de segundos quedo vacía.
A ver, ven sientaté y la sente en una silla -¡no te muevas de aquí!  Salí para ver que sucedía y me encontré con dos policias. Hable con ellos y solo me dijeron que la música no estuviera tan alta, por que podría molestar a los vecinos. Regrese al comedor, amaia seguía solo recargada en la mesa ¡ Es que tú estas loca mujer! Le dije mientras le ayudaba a ponerse de pie, en eso un grupo de aproximadamente quince entro por el jardín, algo extrañado debido a que ya no habia nadie. En ese grupo venia aitana y el tipo que habia saludado a amaia en la escuela.
¿Que paso? Pregunto extrañada aitana viendo que amaia me abrazaba
-Eso mismo me pregunto yo ...- le conteste serio -¿Que no pudieron evitar que bebiera? - les pregunte molesto, ya que se supone que eran amigos, bueno o el tipo ese no tengo ni idea.
¿Y que no se supone que a ti te pagan por cuidarla?- me dijo el sujeto, solo lo fulminé con la mirada, no podía decirle nada por que tenía razón.

-Tienes razón! ...y despues de todo era cierto lo que yo decia dijo el tipo ese.
Vamos te llevo a tu casa le dijo a ¿aitana? Sí, si ¡aitana!  Mientras caminaba hacia la puerta.
Tome a amaia entre mis brazos y cargando la lleve escaleras arriba. Solo por el estado en que estas te salvas del regaño...- le dije mientras trataba de abrir la puerta
...pero espera que mañana...- le dije cuando por fin pude entrar a la habitacion
La recoste con delicadeza en su cama  tenía sus ojos cerrados, seguramente ya estaba dormida, la acomode mas centrada en la cama para que no fuera a caerse, la solté y abrió los ojos, me quede paralizado por alguna tonta razon.
-Que lindos ojos tienes...- me dijo sonriente, sonreí estúpidamente, me agradaba amaia en ese estado.
-Ya duermete le dije entre risas 
-No quiero dijo fingiendo una voz de niña pequeña
-Claro que si quieres le dije levantándome de la cama, pero me tomo de la mano
-No te vayas ...me dijo con la misma voz -...si que bebiste, le dije ya que el objetivo de amaia era que me fuera, y ahora queria lo contrario, descansa le dije, que maña..le estaba diciendo pero sus labios hicieron que parara de hablar, al momento que hicieron contacto con los mios. Me fue imposible no seguir el beso, asi que le correspondi. Nuestros labios se rosaban de una manera increíble, succionaba su labio inferior mientras ella hacia lo mismo con los míos, paso sus manos por mi cuello para comenzar a jugar con el pelo de mi nuca, subí una de mis manos a su mejilla mientras que con la otra le acariciaba su cintura sobre la tela del vestido...
Lentamente se fue recostando sobre el acolchado, me acomode sobre ella y con cuidado de no aplastarla y, o lastimarla.
Saco sus manos de mi cuello para deshacerse de mi chaqueta, me separe
De sus labios para quitarmela y lanzarla al piso. Inmediatamente me tomo de las mejillas para atraerme de nuevo a sus labios, introduje mi lengua en su cavidad bucal, desatando entre ambos miembros una guerra.
De un momento a otro yo me encontraba recostado y amaia esta sentada en mi cadera, sus besos eran increíbles me hacian sentir tanto.
Comenzo a subir mi playera mientras que yo solo me dedicaba a devorar sus labios y acariciar sus piernas que se encontraban a mis costados. Logro deshacerse de mi camisa, sus besos comenzaron a bajar de mi mejilla, hasta mi cuello. Donde comenzo a brindarme pequeños pero mortales  besos húmedos, entre besos hincaba sus dientes o rosaba mi piel con la punta de su lengua haciendo que escalofríos recorrieran por completo mi cuerpo. Dio un corto beso en mis labios pero luego se alejo y comenzo a bajar la cremallera de su vestido, dejando al aire la mayor parte de su hermosa anatomía. Regreso a mis labios mientras tomaba mis manos y las ponia en su espalda, los besos aumentaban de tono...
Mis manos paseaban de su espalda a sus gluteos y terminaban en sus piernas, para luego repetir el camino de regreso. Dejaba un reguero de besos en mi cuello, pecho y abdomen hasta que llego al inicio de mi pantalón. Volvió a atacar mi boca mientras bajaba la cremallera y sacaba el boton de su lugar. En ese preciso momento mi cordura volvió ¿Que estas haciendo alfred? Me reclamo una vocesita en mi mente - ¡esta ebría! -me recordó
-Pero no puedo parar ahora, le conteste en mi mente
-Hazlo después de todo no lo recordara mañana, otra voz entro a la escena. Parecía como en los dibujos animados. Tenía a alfred bueno a un lado y al alfred malo al otro...

El NIÑERO  (Historia adaptada) AlmaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora