Como era de costumbre, Giorno se encontraba encerrado en su habitación cómo cualquier día normal, no tiene permitido salir durante el día debido a su condición, al ser un vampiro el sol podría llegar a derretir su piel en tan sólo segundos, pero tenían algo en contra de eso, una poción creada por uno de los amigos de su padre el cuál era un alquimista. Aquella poción contenía un raro hechizo que le permitía poder salir hacía el exterior sin sufrir algún daño.
Aun teniendo tal poción, nada lo motivaba a salir fuera del castillo, ya que más allá de los grandes jardines no podía ir, ni adentrarse al gran bosque detrás de el; su padre siempre le había advertido que cazadores se encontraban a cualquier hora del día en todas partes, pero el quería visitar el pueblo, aunque fuera una vez.
Estaba perdido en sus pensamientos mirando por la ventana cuándo un ruido lo interrumpió.- Giornoooo!- Gritaba alguien por el otro lado de la puerta.
- ¿Que quieres ahora?- era uno de sus hermanos menores, Rykiel.
- ¿Sabes dónde padre tiene escondidas las pociones para el sol?
- Sabes muy bien que no tenemos permitido salir cuándo padre no se encuentra aquí- Le respondió de una forma muy enojada, sus hermanos sólo le hablan cuándo necesitaban algo, y eso le molestaba.
- Lo se Giorno, ¡pero sabes que odio pasar todo el día encerrado aquí como un maldito prisionero!- Lo entendía, el se sentía de la misma forma.
- ¿Y crees que yo amo estar aquí todo el puto día?- Ya empezaba a cabrearse, no le importo su respuesta y cerro la puerta en su cara.
Volvió a encerrarse en su cuarto sintiéndose miserable, tendría que pasarse toda su vida encerrado aquí, hasta que su maldito padre decidiera que hacer con el, tal vez casarlo con alguien o mandarlo a alguna misión contra una de las familias que tanto los odiaban.
No tuvo nada más que hacer que tirarse a dormir, deseando que algo o alguien llegará a cambiarle su aburrida vida.
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Bloodline [GioMis]
FanfictionGiorno Giovanna era un chico de 15 años que vivía en una gran castillo junto a su padre, Dio. Nadie conocía a la madre de Giorno, ni de su rara concepción y mucho menos del gran poder que corría por su sangre. Guido Mista era un cazador entrenado po...