«Jeon Hades»

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“Jeon y Kim (2/2)”

Al pasar los días y comprobar que su hijo no regresaba a su hogar, el dios SeokJin inició un largo peregrinaje por el mundo en su busca. Pese a que consulto a todos los dioses y hombres que se cruzo en su camino, ninguno pudo darle noticia alguna del paradero del joven TaeHyung. El dios, enfurecido por la desaparición de su hijo, retiró sus favores a la tierra y la condenó de este modo a un invierno eterno. Los campos dejaron de producir frutos y los humanos comenzaron a morir de hambre.
Sólo la intervención de NamJoon, que descubrió la presencia de Kim en el inframundo, solucionó el conflicto. Por medio de su mensajero, el dios HoSeok, Nam pidió a Jeon que permitiera que el joven regresara con su padre.

El astuto dios de los muertos, temeroso de una posible represalia por parte de su hermano, accedió, pero ingenió una estratagema para lograr que Tae siguiera junto a él.

A sabiendas de que cualquiera, dios o mortal, que tomase algún alimento en el infierno tendría que permanecer en él, Hades le ofreció a TaeHyung, antes de su partida, un grano de granada. El joven, confiado, se comió el dulce fruto y trató de regresar con su madre. Sin embargo, las leyes del infierno eran muy claras para todos aquellos que hubiesen probado algún alimento en el reino de los muertos, Kim estaba atado al reino subterráneo para toda la eternidad.

Para evitar la cólera de Jin, NamJoon logró que Hades y el llegaran a un compromiso. El hijo de éste pasaría en el infierno junto a su esposo un tercio del año, y regresaría a la tierra el resto del tiempo. Jeon y Jin aceptaron la decisión de Zeus.

De esta manera explicaban los antiguos griegos la sucesión de las estaciones. Mientras Kim está junto a Jeon, Jin, entristecido por la ausencia de su hijo, niega sus frutos a la tierra, produciéndose el invierno. Sin embargo, cuando TaeHyung regresa junto a su padre, éste se llena de alegría y bendice a los mortales con la abundancia de la primavera.