Capítulo 10

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El silencio predominaba en aquella habitación lúgubre en la cual se encontraba Himawari; la tensión podía sentirse en el ambiente la Uzumaki veía a su contrincante fijamente y sin vacilación, por otro lado Twice no bajaba la guardia ante su oponente, el enmascarado admitía que estaba nervioso pues la situación actual no era favorable para él. Trago grueso en cuando vio el gesto de victoria en el rostro de la fémina; sin embargo se negaba a dar marcha atrás, espero pacientemente el siguiente movimiento de su rival.

Himawari por otro lado sonrió de lado dispuesta a acabar de una vez por todas aquella contienda.

—¡Uno! — anuncio eufórica dando por terminada la partida de aquel divertido juego.

—Arg no es justo ¡Hiciste trampa, estoy seguro! — acusó Twice con disgusto tirando sus cartas restantes al suelo, estaba seguro que Himawari hacia algún tipo de trampa para ganar, pues era la octava vez que jugaban y por octava vez había perdido.

—Solo acepta que eres pésimo jugando — se burló sonriendo zorrunamente, lo cierto era que jamás había jugado aquel juego, sin embargo término ganando y encontrándolo divertido.

Luego de la primera partida Twice le pidió la revancha dando el mismo resultado; el castaño se negaba a perder así que siguieron jugando, sin embargo Himawari siempre salía victoriosa.

—Me doy, no puedo contigo — Twice suspiro con desgana viendo divertido a Himawari la cual se encontraba sonriendo feliz; su sonrisa le daba ternura así que perder no se sentía tan mal como la primera vez.

—Bien ¿seguimos jugando? — pregunto curiosa ladeando el rostro sin perder su sonrisa.

—¿Para que me ganes de nuevo? No gracias — negó cruzándose de brazos viendo hacia otro lado inflando los mofletes de manera berrinchuda.

—Bueno ¿entonces que hacemos ahora? — pregunto Himawari de nueva cuenta cruzando los brazos detrás de su nuca tal cual lo hacía su padre en su infancia.

—Pues no se — respondio Twice alzándose de hombros —Tú deberías estar atada a aquella silla en primer lugar — recordó rascando su nuca apuntando a la silla olvidada en un rincón de la habitación.

Lo cierto era que Himawari se había aburrido por lo cual le propuso a Twice jugar a algo, claro que este se había negado en un principio; pero con el pasar de los minutos se dio por vencido y la desató para jugar a algo, después de todo Himawari tenía heridas graves y en caso de que pensara en escapar podría retenerla fácilmente. Lo cual era falso ya que él no había notado que las heridas de la pelinegra ya estaban curadas en su totalidad.

A la Uzumaki la entrenaron en todo tipo de ramas, no era raro que supiera ninjutsu médico puesto que la mismísima Tsunade se encargó de entrenarla, había aprendido todo lo que podía dando como resultado la creación de sus propios trucos curativos. Si bien era cierto que tenía una conexión con Kurama y tenía acceso a algo de poder de este, no tenía completo control de ello y la rápida curación era más tardía que con su padre, por lo cual decidío crear sus propias técnicas y trucos médicos que le eran bastante útiles.

A Himawari le costó llegar al nivel en el cual estaba, pero logró todo aquello con arduos entrenamientos y jamás se rindió tal cual su padre les enseño. Su camino ninja era no rendirse jamás y eso lo tenía grabado a fuego en el alma.

Para la ojiazul no fue fácil y de vez en cuando pensaba en rendirse, pero su más grande motivación era entrenar para proteger a sus seres queridos, pues el mal nunca descansaba y en cualquier momento podía alzarse a un nivel impresionante. No quería ver morir de nuevo a personas importantes para ella frente a sus ojos, el dolor y la culpa nadie jamás podría quitarla. Fue por ello que jamás se rindió y jamás pensaba hacerlo.

La Aventura de Himawari en BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora