Éramos los dos, amor mío, acostados en nuestra cama, disfrutando del calor corporal que se acumulaba bajo la frasada que nos cobijaba, nuestro calor común. Y aunque no hacía precisamente un frío del que te pudieras quejar, nos adaptabamos a ese calor y nos inundaba una sensación de satisfacción, porque claro, estaba el sonido de la lluvia, un aguacero con relámpagos estridentes en septiembre.
Recuerdo que me dijiste que querías relajarte, que me necesitabas, que la rutina te estaba carcomiendo por dentro, y yo decidí complacerte, así que empecé por apagar la luz y luego te ayude a quitarte la ropa.
Empecé por desprender botón tras botón, de aquella camisa que al desprenderse finalmente liberó una tormenta en el aire, una tormenta que me hizo suspirar porque apreciaba tu olor a flores y a desodorante Rexona. Luego proseguí con el pantalón (los zapatos ya te los habías quitado), así que me decidí a liberar tu cintura de aquella cadena que la aprisionó durante todo el día, cual león fuera alguna vez encadenado por los romanos hasta ser liberado para batallar en el coliseo.
Una vez semidesnudos, empecé a mimarte, a acariciar tu dorada y sedosa cabellera. Te susurraba mi amor incondicional. Acercaba mis labios a tu mejilla para besarla, y luego con mi índice, aquel dedo abusado por la seguridad burocrática, iniciaba la aventura de dibujar tus labios en aquella oscuridad infinita.
Mientras mi boca continuaba su osadía por el enorme laberinto de tu cuerpo, a través de tu cuello logré bajar hasta aquellas montañas que me tomaron una eternidad el poder cruzarlas. Me dediqué a un alpinismo minucioso con un afán más bien académico. Tus suspiros generaban sendos terremotos y yo apenas y me mantenía firme.
Luego me dijiste que los relámpagos no te relajaban, que te sentías tensa. Entonces empezó el sonido del mar y del oleaje, y ya sentíamos el olor del mar aunque era puro desodorante ambiental.

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sueños
Short StoryEl mundo onírico muchas veces es descrito como sin sentido. Algunos le atribuyen un significado especial, pues puede reflejar nuestros deseos más profundos o incluso nuestros miedos. Esta selección de relatos de mi autoría, muestra como el mundo on...