VI. Marca.

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Tony Stark.

Hoy cumplimos dos años de que Peter y yo empezamos a salir como novios, el muchacho me ha robado más suspiros que todas esas omegas que me persiguieron todos estos años, tengo ahora treinta años de edad y mi hermoso futuro omega tiene 19 años. 

Guardo mis pertenencias en el maletín y saco una caja de terciopelo de mi cajón personal.

Hace tiempo que tengo que encargarme de estos negocios que mi padre no puede por el arresto domiciliario, si, logramos que el abogado le consiguiera al menos estar en casa mientras solucionamos ese problema de su culpabilidad y ahora, estamos a punto de hacerlo. Recuerdo cuando le presenté a Peter, le cayó tan bien que dijo que era perfecto para mi, ahora el hombre ve a mi chico como un segundo hijo y eso es más que suficiente para mi. 

Guardo la caja en el maletín y salgo de mi oficina encontrándome a Beatríz, mi secretaria, la mujer luce casi en su punto de quiebre pues el cansancio la está matando.

"Buenas noches Beatríz, ve a descansar, mañana ya terminarás eso." La mujer de cabellos rojos me mira con un semblante agónico.

"Muchas gracias. Jefe." Beatríz sonríe y guarda sus cosas. "Buenas noches a usted."

Entro al ascensor sin escuchar más, toco la tecla E y éste me lleva directamente al estacionamiento. Camino a mi auto convertible de color blanco, lo abro con la llave, entro y arranco el carro rumbo afuera del lugar. A esta hora Peter debe estar durmiendo junto a morfeo, con esa piyama que le regalé en su cumpleaños 18 con cerezas dibujadas en él —Ya que siempre parecía estar casi desnudo cuando lo visitaba de sorpresa—, él luce precioso en aquel ropaje.

Volviendo a la realidad manejo hasta mi departamento no muy lejos de la empresa, mañana es el día en el que no voy a la compañía para dedicárselo a ese hermoso niño, además pienso darme unas vacaciones aprovechando que Peter llegó hace un par de días del MIT. Sé que el muchacho no se despierta hasta las 9 de la mañana y aprovecharé el tiempo para poder hablar con su familia sobre mi proposición.

"Bluetooth, llama a Ben Parker." 

'Llamando...' Hay tres pitidos y alguien en el otro lado de las señales contesta.

"¿Hola?" Suena algo rasposa pero no dormitada, eso es bueno, no estoy interrumpiendo su sueño.

"Hola Ben, quisiera saber si mañana me podrían recibir a las 6 de la mañana, necesito hablar algo con usted y los demás. Ah, y no le diga a Peter, se trata de una sorpresa." Aprieto el volante con nerviosismo.

"No hay problema, mañana te recibimos." Contesta con un bostezo.

"Gracias, bueno, ya no lo mantengo despierto más, que pase buenas noches." Creo que está a punto de ir a la cama.

"Buenas noches, hijo." 

"Buenas noches." 

Sonrío, me gané ese cariño a pulso, a no decepciones de mi parte y a pesar de que esto no ha sido del todo un camino de rosas y hemos discutido jamás hemos dudado de nuestro amor o al menos yo no lo hago.

Entro al estacionamiento y aparco el carro cerca del elevador, salgo del auto tomando el maletín y así cierro el Mercedes.

Debo descansar, que mañana será un grandioso día.

[...]

El sonido de la alarma estridente me despierta, tardo un rato en componerme —cinco minutos para ser exactos—, bostezo, me siento en la cama, enciendo la lámpara a mi lado y cierro mis ojos por la luz no tan repentina. Cuando mi vista se compone de ver aquella luz cegadora observo mi espaciosa habitación y me pongo en marcha, tengo que alistarme en poco tiempo así que salgo de la cama y voy directo a una ducha caliente.

✔ El Alfa Del Apartamento 512. || Starker.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora