El sueño

¿Realidad?

Mi mente ese día se encontraba perturbada por una serie de recuerdos no muy agradables. Esa noche al acostarme pensé que mi mente se adormereceria y los recuerdos quedarían estáticos.

Sentí que el sueño me vencia, era reconfortante el saber que dejaría de ver, pensar y recordar por un tiempo; de repente me encuentro en una playa, su arena es espesa y tiene un silencio oprimente y asfixiante. Una vista de un castillo que se alza imponente toma toda mi atención, la preocupación de saber donde me encuentro hace que sienta un malestar frío y pesado en mi estomago.

De repente todo cambia y ahora veo un árbol que esta rodeado por sus hojas secas, del árbol brota un fluido granulado, ta rojo y espeso como la sangre, el hilillo de sangre se convierte en un charco en el cual se refleja una sombra, que se encuentra de espaldas, al voltear observo que no tiene rostro y intenta salir del charco de lo que parece sangre, suelto un sonoro grito.

Después de ello, el charco simplemente se esfuma, el grito de un cuervo al pasar hace que mi corazón se acelere aun más y mi sangre martillee en mis oídos,  escucho un sonoro ronroneo, mis pupilas se dilatan porque detrás del árbol se encuentra un león con una mirada feroz y una afilada dentadura, me observa detenidamente.

Salgo corriendo y el león viene detrás de mi, por mi mente pasa la posibilidad de dejarme morir, pero recuerdo la pelea que tuve con mi hermano horas antes, cuando le grite que no era bueno para nada, el mero recuerdo de su mirada con su alma que es dulce y amarga a la vez , hace que me replantee el hecho de perecer por mi simple egoísmo.

Se escuchan las patas del león al rasgar la tierra como si me estuviera persiguiendo, pero cuando vuelvo la cabeza, solo es el viento el que me acompaña, me de detengo y respiro fondo para lograr tomar aire, trato de estabilizar mi respiración. Estoy harto de este lugar, pienso seriamente en si debería seguir caminando o no, ya que al parecer este sitio es bastante inestable, sigo sin saber donde me encuentro, de modo que decido seguir caminando.

Después de caminar un kilómetro y medio encuentro una casa...