capítulo 3:

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Ya avanzada la noche nuestro soviético estaba hasta el tope de borracho, mientras observaba como todos sus hermanos y amigos conseguían hablar con ese ser especial, y el... Pues... Estaba solo sin nadie con quién contar sus penas, pero de un momento a otro cambio su actitud al observar como México era acosado por un país vecino del antes mencionado: Canadá; este country estaba más que loco por el mexicano, este siempre lo acosaba y lo observaba siempre desde lejos para evitar alguna sospecha por parte del mexicano.

México estaba a gusto con la compañía de Canadá, este por alguna razón le hacía olvidar el dolor que le causaba el ruso, pero algo tenía claro, no sentía nada por el, su amor solo era para el country de climas fríos.

Rusia no dejó pasar esos celos que lo mataban de ira y decidió ir a intervenir el coqueteo del amante del Maple hacia SU México. El antes mencionado solo contempla como Rusia se dirige hacia el con una mirada y una seguridad imponente que a cualquiera le haría temblar.

Rusia:
Ho-hola México y Canadá. (Pronunció con enojo al último )

México:
Hola Rusia. (contestó desanimado)

Canadá:
Hola Rusia (pronunció con ira en cada letra)

Ambos se miraban con una ira desafiante para cualquiera notaría y obviamente México no tardó en notar la tensión generada entre esos dos countrys, a lo cual decidió bajar un poco la guardia de ellos dos.

México:
Ya culeros, ya paren su desmadre, no chinguen casi se matan con sus miradas (dijo con cierta seriedad)

Canadá:
Si México lo siento (al momento de pronunciar aquello se recargo sobre el para dar un abrazo, el cual nunca llegó)

Rusia:
¡Deja a México en paz! (Jalando a México hacia su dirección)

Canadá:
Oh no... ¡El es mío!

Así hubieran seguido toda la noche a no ser por qué un latinoamericano se le consumió la paciencia.

México:
¡Ya pinches postes, no mamen no soy un pinche muñeco para que se peleen por mi!

Canadá:
Lo siento México, pero con la compañía de Rusia no me puedo calmar, temo a que haga algo en contra tuya.

Rusia:
¡Maldito! Yo no lo ando acosando como otros, y si tengo alguna intensión con México no sería dañarlo, al contrario lo amaría y cuidaría más que a mi vida (al instante apareció un rojo carmesí en las mejillas del ruso)

¿Cómo me fuí a enamorar de un poste? (RusMex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora