ɪ ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ, ғɪɴɴ

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Habían pasado unos días desde que Finn se fue para luchar por su país

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Habían pasado unos días desde que Finn se fue para luchar por su país.

Millie había estado leyendo una y otra vez la carta de su amado pelinegro. No podía creer que Finn la haya dejado de esa manera, por una parte estaba enojada pero por otra, simplemente, se sentía destrozada.

Decidió pasar su mañana en su lugar favorito para tomar café. Iba con Finn todos los días, así que, de alguna manera, si iba hacia ese lugar, sentía como si estuviera con ella.

Entró y el olor a café invadió su nariz rápidamente. Sonrió al notar que la mesa en la que siempre se sienta, estaba vacía.

Se dejó caer sobre la silla de madera y esta, dejo salir un ruido del material crujiendo. Abrió su mochila y sacó su diario para comenzar a escribir. Al abrirlo, se encontró con las páginas que más le daba miedo leer.

Estas páginas, contenían momentos que rompían a Millie. Desde que fue víctima de bullying, hasta cuando, su mejor amiga, Maddie, comenzó a ignorarla después de que se uniera una tercera participante, Lilia.

Rápidamente las paso, ni siquiera le gustaba su letra en ese entonces y es que su diario, tenía unas 300 hojas, todo gracias a su padre. Por lo que tenía escrito desde su primer día de clases en su nueva escuela,  la secundaria.

Al poco tiempo, llegó la mesera con una sonrisa. La castaña se la devolvió.

— Hola Mills ¿Cómo estás? — le preguntó mientras sacaba su libretita y su pluma del bolsillo de su uniforme.

— Bien, Sads ¿Cómo estás tu? — la pelirroja se encogió de hombros y se sentó frente a Mills.

Sadie y Millie se conocían desde hace años. La chica pelirroja llegó al kinder de la castaña después de tres semanas de haber iniciado el ciclo escolar. Ella al poco tiempo le hablo, ya que, siempre fue de esas niñas que no le gustaba ver a la gente comer sola en los recreos y con tal de no verlos así, se sentaba con ellos.

Al poco tiempo, se convirtieron en mejores amigas, lamentablemente, Sink, entró a otra secundaria que Millie, todo por caprichos de sus padres. Aunque esto no detuvo la hermosa relación que tenían las chicas, si las alejo.

— Eh, ya sabes, Noah se fue a la guerra, pero, no hablemos de eso ¿Si te lo dijo? — soltó la chica con los ojos azules.

— ¿Quién me dijo qué? — le respondió confundida.

— Finn ¿Si te dijo que se iba? — explicó.

Millie sintió una pulsada en el corazón y mordió su labio inferior para después hablar.

— No, me lo dijo por una carta.

— ¡¿Te lo dijo por una carta?! — gritó llamando la atención de todos. Millie hizo una mueca y la fulminó con la mirada. — Lo siento, pero si se pasó.

— Yo lo sé... Espera ¿Tu sabías que se iba? — Sadie abrió los ojos como platos, ella solita se disparó.

— Me lo dijo hace una semana. — Millie no lo podía creer.

— ¿Me lo ocultaste?

— Es que, no podía decirte Millie, el me lo pidió de favor. Me dijo que el te lo iba a decir.

Brown lo entendía, no le pertenecía a Sadie decirle, por lo que simplemente asintió.

— ¡Sink! ¡Tu trabajo está esperando! — le gritó el gerente.

La pelirroja rodó los ojos y se puso de pie.

— Tengo que irme, dime que quieres de desayuno.

— Un café, nada más.

Sadie asintió y siguió en su trabajo. Mientras que Millie, comenzó a escribir lo vivido el día de ayer, en su diario.

Regresaba a su casa después de haberse quedado toda la mañana en el restaurante hablando con su amiga.

Eran aproximadamente las tres de la tarde, eso significaba que todos estaban de compras y consiguiendo lo que tenían que conseguir. Millie sabía a la perfección que habría un accidente, ya que ni una persona se fijaba al 100% de lo que hacía.

Y así mismo fue, un cartero se cayó frente a ella y el correo que llevaba en su bolsa, salió volando por todos los aires.

La chica rápidamente lo ayudo a agarrar lo que aún se podía salvar. Se encontró con una carta, una carta que le cambiaría la vida.

— Disculpe ¿Se pueden enviar cartas a los soldados? — le preguntó al cartero que seguía guardando sus cartas.

— Si, solo tienes que especificar. — le contestó mientras tomaba las cartas de las manos de Millie.

Brown sonrió interiormente. Había una forma de poder comunicarse con Finn y ella no lo sabía.

Pero ya lo sabe.

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Espero que les guste esto.

Caro.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2019 ⏰

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