"Asalto"
La noche era tranquila y calurosa, como cualquier otra en la bella Nápoles, Italia. Narancia Ghirga, un joven de 19 años de edad, un poco alto y moreno de piel clara, siempre vestido con una bandana naranja se encontraba caminando de vuelta a casa después de haber pasado una tarde agradable con sus amigos.
En realidad le gustaba más pasar tiempo fuera de su casa, ya que a su padre no le interesaba. Después de la muerte de su querida madre, Mela Ghirga, el jovén Narancia se las ha tenido que ver solo sin apoyo de nadie más.
De verdad odiaba volver a casa y verle la cara a su padre, pero no había de otra. Estaba un poco metido en sus pensamientos, divagando en que hacer al otro día con sus amigos. Hasta que un agudo grito llamó su atención.
Y es que, al otro lado de la calle, una jovén mujer estaba siendo asaltada por un hombre.
Ghirga, a pesar de tener algo de miedo al percatarse de la situación, sabía que tenía que actuar para evitar que la mujer saliera herida. Así que, se armó de valor y corrió hacia ellos, dispuesto a salvar a la damisela.
— ¡Hey! ¡Déjala en paz! — gritó el moreno, abalazandose sobre el hombre sin pensarlo.
Ambos hombres cayeron al suelo, y en un rápido movimiento, el asaltante atrapó los brazos de Narancia y lo arremetió contra el suelo para después golpearle la cara.
— ¡Maldito hijo de perra! — gruñó el hombre encima del de cabellos azabaches con rabia.
Narancia trato de cubrirse de los golpes lo más rápido que pudo, esperando a que la joven huyera mientras esté recibía los golpes.
Pero la dama... Ni siquiera se movió.
— ¿Qué haces ahí parada? ¡Huye! — exclamó el de ojos amatista percatandose de que la joven seguía ahí, cubriendo su rostro lo mejor que podía.
— ¡¿Acaso crees que no puedo defenderme sola?! — exclamó la mujer algo cabriada, sacando rápidamente un gas pimienta de su bolso para posteriormente rociarle al asaltante en la cara.
Posteriormente, el hombre se cubrió la cara, gritando adolorido. Aprovechando la distracción, Ghirga pateo al asaltante en la ingle y se levantó rápidamente, dejando al mayor en cuestión retorcerse en dolor, para después tomar el brazo de la chica para jalarla, incitandola a correr.
— ¡Hay que irnos! — habló el de bandana naranja.
— ¡Ni en sueños! ¿Qué tal si también quieres asaltarme? — cuestionó la menor amenazando al de ojos amatista con el gas pimienta.
— ¡No, no, no! ¡No quiero asaltarte! — hablo rápidamente el moreno — ¡Solo quiero ayudarte, confía en mí!
La mujer miró al contrario, y este la miró a ella, finalmente percatandose de la apariencia de la chica. Era... Preciosa. Esos hermosos ojos esmeraldas, esa bella piel de porcelana y los cabellos rosados, rizados y bonitos. Era como si fuera la muñeca más deseada de toda Italia.
El joven Narancia jamás había creído en el amor a primera vista... Hasta que se encontró con ella.
Las mejillas del moreno comenzaron a enrojecerse mientras sus ojos brillaban, incluso en la suave penumbra de la calle, se veía preciosa.
Sin embargo, los gemidos de dolor por parte del asaltante llamaron la atención de ambos, mirando como este comenzaba a ponerse de pie poco a poco mientras tallaba su rostro.
Ghirga tomó la mano de la pelirosa con gentileza y la miró de nuevo al rostro.
— Prometo que no voy a hacerte daño — dijo de forma suave el moreno, mirándola un poco desesperado por huir.
La chica junto un poco las cejas y después asintió, apretando ligeramente el agarre del de ojos amatista. Después ambos comenzaron a correr fuera de ahí, Narancia volteaba múltiples ocasiones para así confirmar que el hombre no los estuviera siguiendo.
Después de algunas cuadras, finalmente pararon para tomar un respiro.
— Estamos a salvo... — jadeó ligeramente el moreno, recobrando el aire para después observar a la menor quien jadeaba ruidosamente — ¿Estás bien? — cuestionó preocupado.
— S-Si... Solo necesito... Sentarme un poco — jadeó la pelirosa, sentándose en una banca que estaba cerca para recobrar el aire, mientras tomaba su celular para escribir algo.
En unos segundos, Ghirga ya estaba repuesto de energías y se estiró un poco para después masajear su rostro, sintiendo un poco de sangre en el proceso. Estaba seguro que al menos tendría algunos cardenales ahí.
— ¿Sabes? Puedo defenderme sola — habló repentinamente la pelirosa, alzando la mirada hacia el moreno, jadeando ligeramente.
— Ya me di cuenta... — dijo el de ojos amatista rascándose la nuca.
— Pero... Gracias — murmuró la menor, con una ligera sonrisa en el rostro.
— Oh... No hay de que — sonrió ampliamente el mayor — ¡Oh! Umm... Soy Narancia Ghirga — se presentó el de bandana naranja.
— Trish Una — contestó la pelirosa con una ligera sonrisa.
— Un placer — sonrió amistosamente el moreno.
A los pocos segundos, un lujoso auto negro se estacionó frente a ellos, lo cual llamó la atención del de ojos amatista.
— Tengo que irme... — habló Trish mientras se ponía de pié para dirigirse al vehículo — Gracias... De nuevo — sonrió de forma dulce.
— No agradezcas...
La ojiverde abrió la puerta del coche y subió a este mismo, el cual a los pocos segundos de su abordaje se fue de ahí, dejando a Ghirga solo de nuevo, mirando como el auto se perdía en la distancia.
Aún sentía como su corazón palpitaba, amenazando con salirse de su pecho. ¿Acaso será posible? ¿Se había enamorado de esa chica que apenas acababa de conocer?
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Ya vine a traerles otra historia 😳💖 está ve de estos dos niños que me dan mucha ternura sjhajs 💕
Cómo aquí casi nadie escribe NaraTrish, vine a hacerlo yo misma 😞👊🏻
Espero que les guste! 💖
Gracias por leer!
- Cøckatiellë 🌺
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= Paper Planes =
Fanfiction[AU] La vida de la joven Trish Una comienza a cambiar cuando pequeños aviones de papel aterrizan en su ventana. Cada avión de papel tiene escrito un lindo mensaje distinto para ella, pero sin remitente. ¿Quién es? 🌿🌿🌿 - Drama - Romance - ¿Posible...