blush.

𝘠𝘰𝘶 𝘧𝘰𝘶𝘯𝘥 𝘮𝘦.

Me encontraste. En las viejas bancas de la escuela secundaria, me encontraste.
Lloraba en silencio, dibujando al compás de la música que sonaba.

Desde ahí, cigarettes after sex se hizo especial. El día que sonreíste cuando te pasé mis audífonos. Se hizo aún más especial por que los dejaste de lado, bajo la excusa de querer conocerme.

Nunca voy a olvidar tu sonrisa de nuestra introducción, cuando no te devolví el saludo por pensar que estabas saludándole a alguien que estuviera atrás, soy un tonto; estaba lloviendo y no había nadie detrás, era obvio que me estabas saludando a mí.
Te sentaste a mi lado y vuelvo al inicio, me pediste que te dijera qué estaba escuchando y luego tomaste mis audífonos para escucharlo por ti mismo.

Hablamos durante toda la hora, todos los sesenta minutos, te conté tantas cosas de mí, me contaste muchas cosas de ti. Me escuchaste cuando nadie más lo había hecho, pues era nuevo en la escuela.

Nos dimos abrazo de despedida y te sonrojaste.

Me enamoré de ti, al ver esas mejillas de varias tonalidades rosas y rojas, pidiendo ser besadas con la misma gracia con la que te sonrojabas. Me enamoré de todo de ti, joder.

¿Qué me haz hecho, Mattheiu Reynaud?