Capítulo III: Los deseos de Itachi.

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Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.

Es insano, destructivo, irracional. Su forma de verla no era en la que un maestro debía hacia su alumna. Se sentía tan mal de que sus instintos más primitivos salieran a flote cuando ella decidió subir su falda. Anteriormente ya la había observado, le parecía una chica linda, amable y dedicada. Admitía que le gustaría salir con ella, tal vez cuando dejarán ser maestro y alumna. Sus planes de ir tranquilo se vinieron abajo cuando ella comenzó a provocarlo.

Él solamente era un humano, uno que tenía que luchar constantemente con sus instintos para no desvestirla en el mismo salón de clases y hacerla suya sobre el escritorio. Quería invadirla hasta el fondo.

Su pequeña alumna hundió su boca en su sexo hasta hacerlo desaparecer. La vista de Itachi se nublo por completo a causa del placer, sus piernas flanquean. Eso no es suficiente, lo sabe perfectamente, necesita más de esa linda boca para poder saciar sus deseos. La lengua de la chica se enredaba alrededor de él con una astucia que lo asustaba, ella ya había hecho eso antes, y no precisamente con él. Lo retiró de su boca unos segundos y luego volvió, ella podía sentirlo hasta su garganta. 

Itachi acarició su rostro, se sentía tan real —Hinata-san.

Su boca cubre su miembro de nuevo, los labios rosados de Hinata lo apresan. Su lengua seguía el recorrido de las figuras geométricas, círculos, líneas rectas. Su dureza le sorprende, y le motiva a seguir con cada uno de sus movimientos. Itachi toma su cabeza, sujeta su cabello y la guía para hacer de esos toques un verdadero deleite. El movimiento de sus caderas es lento, no quiere asustarla.

Hinata lo absorbe, hunde su lengua por completo, provocando en Itachi un hormigueo que recorre todo su cuerpo. 

—Hinata-san— otro gemido involuntario escapa de sus labios. 

Ella sonríe y lo libera, aunque sus dedos ahora reemplazan a su lengua, dando caricias que hacen sufrir a Itachi. El Uchiha quiere que vuelva al ejercicio anterior. Antes de que pueda decir algo, Hinata toma su glande, sin dejar de acariciar el resto de su hombría, lo agita sobre su lengua, lo provocaba con sus expresiones eróticas. Los labios de la Hyūga y la punta de su lengua terminan con el recorrido de abajo hacia arriba. Itachi murmura su nombre una vez más.

Itachi resiste sólo unos minutos, toda su esencia termina llenando la boca de Hinata, que gustosa lo recibe como si fuera un premio. Itachi pensó que tal vez lo era.

—Itachi-sensei.

Y con su voz, todo se volvió una luz intensa que le obligó a abrir sus ojos. 

—Es tarde Itachi, me sorprende que sigas aquí— la noche anterior, sus primos, su hermano y él se quedaron en casa de su tío Madara. Todos se reunieron para celebrar la llegada de la primavera. Obito era quien le hablaba, su primo abría las cortinas permitiendo el paso de la luz del Sol, fue eso lo que le despertó de su sueño —Normalmente soy yo el que llega tarde.

—¿Qué hora es?

—Son las nueve, tu primera clase era a las siete— Itachi intentó levantarse, pero recordó que su sueño probablemente le había dejado una erección matutina. Prefirió cubrirse más con la manta para que Obito no notara su situación.

¿Quién embarazó a Hinata? +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora