Is it Love? Peter -Game

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Para intentar luchar contra mi pesadumbre, Sarah me propone que vaya a su casa a dormir esta noche.

Acepto encantada porque necesito salir de la casa...

Sentir a Peter tan cerca y al mismo tiempo, tan lejos, me deprime totalmente.

Y además, sé que Sarah es la única que me puede subir la moral.

Cuanto más tiempo paso con ella, más la aprecio. Sobre todo porque ya no me da la vara con los Bartholy...

Me preparo para ir a su casa...

*Escojo una ropa sexy.

Aunque se anuncie más bien como una fiesta de pijamas, me gusta estar bonita en cualquier ocasión.

Saco una minifalda negra y un top blanco escotado.

*Elijo una ropa sencilla.

Para una fiesta de pijamas, nada mejor que ropa que se parezca a un pijama.

Me pongo un pantalón ancho y sin forma, y una camiseta sencilla.

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Bajo rápidamente los escalones. Nicolae es el único que está al corriente de que duermo fuera.

Al llegar abajo, me encuentro con Peter, que parece sorprendido de verme aquí. Debía pensar que a esta hora no saldría de mi habitación...

Hace dos días que no nos hemos dirigido la palabra. Apenas lo he visto, como si me evitara.

*Le hablo un poco insolente.

Rocío:-Buenas noches, Peter.

*Lo ignoro.

Quiere jugar a ese juego? Esta noche, es noche de chicas. No quiero ir de mal humor porque me he cruzado con su mirada de hielo...

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Paso a su lado, y voy a abrir la puerta. Entonces escucho su voz detrás de mí.

Suena más ronca de lo normal, como si no hubiera hablado en mucho tiempo.

Seguramente, es así.

Peter:-Adonde vas a estas horas?

Me doy la vuelta, con los puños en las caderas. Desde hace dos días me trata como una extraña y ahora quiere saber lo que hago en mi tiempo libre?

Rocío:-Ahora te interesa mi vida?!

Peter:-Tu vida siempre me interesa, lo sabes perfectamente.

Parece malhumorado, y aunque un vampiro no necesita dormir, tiene aspecto de cansado.

*Me irrito.

Rocío:-Estarás bromeando, no? Tú me ignoras, me rechazas, haces como si yo no existiera... Como se supone que debo tomarme eso?

*Me burlo.

Rocío:-Oh, lo siento, es verdad que siempre estas pendiente de mi... A veces olvido lo mucho que cuento para ti...

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Frunce el ceño. Claramente, mi respuesta no le gusta.