Único

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Los miebros de bangtan, se encontraban en una breve pausa de la sesión de fotos que harían para su nuevo álbum.
Algunos alistandose o retocando sus maquillajes; calentando cuerdas vocales a lo mejor. Como Taehyung en este caso.

El segundo maknae se encontraba en el set mientras una cámara lo filmaba, con sólo un miembro del grupo. Y este por alguna razón, no le estaba prestando atención a su adorado peli azul.
Por eso empezó a cantar, deleitando sin darse cuenta, los oídos de su mayor, con su gran amplia y trabajada voz. Grave y suave.

La gente del staff sólo sonreían porque Taehyung no sabía la letra de la canción en inglés—One last time—que se escuchaba atrás de este. Así que él mismo cambio la letras al coreano, con sentidos graciosos, haciendo reír a su noona, quién estaba sellando su maquillaje una vez mas.

El ritmo de aquella canción, era lenta, rozando lo sensual, o quizás, el aura de Taehyung lo volvía de esa manera.

Yoongi sigilosamente lo estaba observando a través de los monitores. Porque su menor comenzó a sentir la canción, y la empezó a bailar.

Movía aquel cuerpo curvilíneo, de un lado al otro sin dejar de cantar, y al ritmo de esa lenta y excitante canción. Yoongi embelesado lo miraba de vez en cuando, hipnotizado por las expresiones que hacía Taehyung. Y en ese outfit, que representaba a dichoso Dios griego del vino y la fertilidad, que podía enloquecer a cualquiera, porque él lo hacía deslumbrar.

Internamente Yoongi, sonreía, sintiéndose suave por aquel peli azul, que acababa de cantar “No más maquillaje para mi~”  hacía su maquilladora, con las vibraciones acompañando su majestuosa voz.

El de tez canela, solo se dejaba llevar, quizás haciendo el ridículo, pero él lo disfrutaba. Chasqueando sus dedos, o su lengua sobre el paladar, sin dejar de crear ritmos. Yoongi se giró hacía atrás—ya que su menor estaba parado detrás suya y él sentado en un sofá—viendo cómo Taehyung se encontraba bailando seductoramente hacía la cámara. No se perdió nada; ni el instante cuando el pequeño mordió sus labios llenos. Entonces él bajo la mirada.

Un calor se empezaba a instalar en su zona baja y extremidades. Suspiró y siguió con su celular en mano.

El peli azul, mordió sus labios al observar la espalda de Yoongi, sin poder evitarlo. Pensando en cuantas veces esa espalda llevó rasguños suyos, ocultas debajo de sus ropas. Cerró sus ojos y siguió en su mundo, hasta que la voz de su mayor lo llamó, y se escuchaba también un “Corte”, por parte del director.

—Ven.

Le había dicho Yoongi. Con una voz difícil de distinguir si era para algo malo o bueno. Taehyung no dudó en acatar su orden y se sentó al lado de su hyung.

—¿Hyung?

—Ven. —repitió—. Tenemos que hablar.

Lo sujetó de su muñeca, acariandola suavemente, y un escalofrío le recorrió la columna. Yoongi lo inspeccionó de abajo a arriba y miró a los ojos de su menor, mordiendo su labio inferior. Al conectar su mirada color pardo con la marrón, Taehyung simplemente se sonrojo.

Su hyung soltó su muñeca y se levantó, dejándolo a él sentado. Entonces entendió, y aguardó unos segundos para poder ir y seguirlo.

Iban a una distancia lejana. Pasaron del set hacía unos pasillos que conducían a sus camerinos. Aunque estos estaban un poco lejos del set. Yoongi los estaba llevando allí.

Cuando vió a Yoongi entrar a un especie de cuarto sin nada más qué sillas alrededor, y un tanto oscuro, el menor se asustó.

—¿Yoongi dónde te has metido? —dijo en tono demandante.

Seductor || YoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora