Zilas

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Una hora para el cierre del portal

Zilas, el primer lotuano, tenía poderes excepcionales que los lotuanos normales no heredaron. Solo un pequeño porcentaje de lotuanos tenían ciertos dones, pero el resto de los lotuanos no habían heredado estas características. Entre los poderes de Zilas, su poder más destacable y por el cual le guardaban respeto, era su capacidad de abrir portales en el planeta y conectarlo con otros planetas. No obstante, su poder también le había arrebatado años de vida. Se estima que los lotuanos tardan millones de años en envejecer y morir, pero Zilas ya parecía mucho más viejo que lotuanos que tenían muchos menos años que él. El último portal que creó conectaba Lotus con la Tierra, y hasta el momento se mostraba muy feliz por aquella decisión que había tomado, pues eso significaba que los lotuanos eran capaces de mantener una relación con otra especie sin llegar a la violencia. Todos los demás portales que había abierto tuvieron que ser cerrados tras la exterminación que se llevó a cabo en dichos planetas. Zilas nunca había intervenido en ninguna exterminación, pero tampoco había parado ninguna. No era problema suyo.

Pero el día en que le comunicaron a Zilas que iban a exterminar a los humanos, se le cayó el alma a los pies. Trató de impedirlo, pero llegó demasiado tarde para pararlo.

Zilas había estado siempre en contra de la muerte, y cada planeta que destruía su especie le hacía arrepentirse de haber abierto el portal. Pero lo que nadie sabía es que tenía una gran debilidad: quería tener un hijo, pero la naturaleza consideró que al tener tantos poderes algo tendría que perder, y eso fue la capacidad de tener descendencia. Así que él seguía abriendo portal tras portal en busca de algún sustituto que lograse complacer sus deseos.

Cuando Zilas abrió el portal que conectaba con la Tierra, algunos humanos consiguieron traspasarlo antes de que las autoridades lotuanas llegaran para controlar la entrada y salida del país, cosa que ocurría cada vez que abría un portal. Pero esta vez fue diferente. Zilas pensó que todos morirían, pues cualquier individuo que pasara por el portal era analizado por sus poderes, y si el individuo que pasaba tenía un aura malvada, moría de inmediato. Pero esa vez, hubo un humano que no murió, un niño para ser más específicos. Era lo más hermoso que habían visto sus ojos. Al mirarlo a los ojos, lo único que percibió fue un alma pura que todavía no había sido manchada. Sus ojos mirándolo con curiosidad le hicieron tomar la decisión que hizo: lo adoptó. Lo llamó Darwayne, cambió el modo en que su alma era percibida por los demás (pues la de un lotuano desprendía mucha más energía) y le enseñó lo básico para poder hacerse pasar por un lotuano. También cambió sus recuerdos. Le implantó en su memoria recuerdos felices entre él y Wayne y le hizo creer que él era su verdadero padre, eliminando el recuero de sus verdaderos padres que habían muerto al atravesar el portal. Cuando creció un poco, lo presentó a la sociedad como un niño que había creado con unos nuevos poderes. Nadie puso en duda este hecho porque a Zilas le aparecían nuevos poderes constantemente porque iba evolucionando. De esta manera, Darwayne fue criado entre lotuanos, logrando convertirse en uno de los lotuanos más inteligentes de la historia, con la única diferencia de que él no era un verdadero lotuano, pero eso solo lo sabía Zilas.

La razón por la cual Zilas se negaba a cerrar el portal con la Tierra era muy simple: le quedaban pocos años de vida, y antes de morir quería contarle la verdad a su hijo sobre sus orígenes, pero también sabía que en cuanto su hijo lo supiera querría volver a la Tierra para conocer a sus antepasados; pero si Zilas cerraba el portal que conectaba ambos mundos, no sabía si iba a ser capaz de abrirlo de nuevo, y eso significaba que si no podía volver a abrirlo su hijo nunca se lo perdonaría.

Por otro lado, Zilas sabía que en ese momento no estaba pensando racionalmente. Si lo hiciera, lo cerraría para velar por el bien de su pueblo. Cerrar el portal era la mejor opción para los lotuanos, ya que todavía había algunos humanos en la Tierra, y estos no iban a ser exterminados. Los humanos que quedaban en la Tierra habían sido los primeros embajadores que habían pisado Lotus y salido del planeta con vida. Muchos lotuanos incluso los consideraban amigos, personas con las cuales habían compartido sus vidas personales, y no querían matarlos; pero al mismo tiempo, estos lotuanos también estaban a favor de cerrar el portal, pues temían que en un futuro los humanos se rebelasen en su contra. Al fin y al cabo, si los humanos habían sido capaces de destruirse los unos a los otros, ¿qué les impediría ir contra ellos?

Al final, tras mucho debatir, Zilas se quedó sin argumentos frente al consejo sobre las razones por las cuales se negaba a cerrar el portal. Solo le quedaban dos salidas: cerrar el portal, como aclamaban millones de lotuanos, o confesar que su hijo Darwayne era humano y por tanto, conservar su patrimonio; pero la segunda salida no estaba entre sus opciones, pues destruiría completamente la vida de su hijo.

Así que se decidió, se colocó ante el portal y susurró una disculpa dirigida a su hijo y a todos los humanos.

¡Cerrux portalis!- gritó, y sintió cómo el poder iba abandonando su cuerpo para dirigirse hacia el portal. Lo último que vio antes de desmayarse fue el rostro de su hijo cuando cruzó por primera vez el portal.

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⏰ Última actualización: Sep 19, 2019 ⏰

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