Տeℛ ᗩᑕℰᑭTᗅᗪO.

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Era una mañana cualquier otra solo que en está había despertado un chico muy energético y nervioso por su primer día de clases desde que se había mudado a la capital, Seúl, su vida había cambiado drásticamente desde el verano, un ejemplo de ello fue la muerte de sus dos padres mediante a un viaje automovilístico, quedándose así sólo con su hermano mayor con el cual se llevaba súper bien a pesar de que no se habían llevado toda su vida sin conocerse.

Termino de prepararse para ir al colegio, antes de salir de la casa fue a la cocina para tomar un termo de agua, ya había desayunado y dejado los trastes limpios para que cuando su hermano despertara no viera que le había dejado un desorden.

Quitó el seguro de su bicicleta de la valla que tenía en el mini balcón de su casa, subió a ella y comenzó a patalear hasta llegar a su destino, mientras lo hacía escuchaba música mediante a unos audífonos de Bluetooth, su cabello se echaba hacia adelante a medida que la brisa mañanera chocaba con el. Era seguro que tendría que ir directo al baño para arreglar su cabello nuevamente, todo para dar una buena presentación ante sus nuevos compañeros.

Al llegar se asombró por lo grande que era, estaba seguro que por lo pronto sería una academia de historia o de arte, pero no era así, solo era una preparatoria común a pesar de su aspecto antiguo y gigantesco.

Dejo su bicicleta en el parqueo que era asignado para éstos. Al ingresar por una de las puertas de entrada sintió que estaba en un mundo diferente, era todo tan grande y hermoso, sentía que se iba a perder mucho dentro de allí. Sólo siguió caminando hasta encontrarse con una señal o un letrero que dijera el baño para chicos, al encontrarlo entro y comenzó arreglarse el pelo, por lo pronto no se había desarreglado tanto debido a un fijador que se había puesto un fijador, pero de igual manera se lo arreglo un poco. Se miro una vez más en el espejo, solo espera que fuera bien aceptado ante sus nuevos compañeros y profesores, también de que no le dijeran nada por sus tantos aretes en las orejas.

Miro la hora en su reloj digital de la muñeca, apenas eran las 7:05 muy temprano para su parecer, aunque para la institución en la que estaba no era así, debía llegar antes de las siete si no quería llegar tarde debido a que sus clases comenzaban de 7:15 de la mañana hasta 2:30 de la tarde que era que terminaba su jornada. Sus nerviosos crecieron al sentir que tenía poco tiempo para encontrar su aula, no tenía ni idea de dónde quedaba y lo que más temía era perderse en tan grande lugar y no llegar a tiempo.

Comenzó a caminar con rapidez tras salir del baño y ponerse un bálsamo labial comenzó su ruta por los grandes y largos pasillos hasta lograr llegar a su clase, caminaba y caminaba, pero no hallaba nada más que salones vacíos o cerrados, encontró uno que estaba abierto pensando que podría ver alguien allí entro, pero justo al querer entrar choco con alguien que salía de allí.

- Lo siento-se disculpó volviendo arreglar su cabello y subir un poco su mirada a la persona con la que había chocado.

- ¿Quieres fijarte por dónde vas? Por Dios- se quejó mirándolo molesto- ya me has arruinado la mañana.

- Lo siento es solo que no sé...- callo al darse cuenta que el chico se había alejado de su frente.

Echo un vistazo por el aula al que había querido entrar, estaba llena de instrumentos por lo que era de música, ¿Algún club? No lo sabía... salió para tomar a su principal objetivo, encontrar su aula antes de que fuera más tarde.

Veía uno que otro estudiante yendo con rapidez a dirección a sus aulas, tenía ganas de preguntarle a alguien, pero se sentía tímido, ¿Y si le decían algo por preguntar? De repente llegó a la entrada, bufo. Genial, ahora tenía que empezar su recorrido una vez más, ¿qué acaso no tendrán un mapa para poder ubicarse? Pensó, pero no vio ninguno, ni siquiera un tablero.

𝑺𝒆𝒓 𝑨𝒄𝒆𝒑𝒕𝒂𝒅𝒐- YM. O.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora