Mi Hada Azul

240 8 12
                                    

Yo tenía una musa, se llamaba Calíope, y la buscaba y la buscaba. Me encontré una viajera, nunca dijo por qué pero caminó conmigo mientras encontraba a Calíope, caminó conmigo por tantos camios y tanto tiempo que no me di cuenta de que me había enamorado de ella; lo intuí cierto día, cuando dejé de preocuparme por la musa, y me ocupaba de la viajera.

Un día la viajera desapareció, no me di cuenta de cómo había podido perderla; estaba distraido mirándo el cielo, entre memorias , sueños y suspiros; de repente ya no estaba. Caminé para encontrarla, no la encontré; encontré una estatua. Era de la Reina Hada Azul. Era la viajera... 

Ahora camino por el bosque, olvidado de la musa; busco a mi hada que anda perdida. Miraba al cielo mientras estaba actuando, actuando la dejé y desapareció... 

Quiero a mi Hada, su magia... fui muy distraido, nunca me di cuenta de su magia, que era estar conmigo. No necesitó de hechizos, ni comprarme con encantos, ni siquiera me dijo que era un Hada, pero debí darme cuenta, soy muy distraido, debí darme cuenta. 

Con un beso me hacía volar, con un abrazo, soñar; con juegos me animaba, en las noches con su falda azul me protegía. Soy muy distraido, pero ahora entiendo por qué la miraba en la luna. Era un Hada enamorada, y yo un enamorado distraido.  

Buscaba musas, encontré la Hada, y ahora la he perdido. No debí mirar al cielo, buscaba en lo etéreo y lo que de verdad importaba se hallaba conmigo en el piso...

¿Dónde estás querida Hada? Me dijeron que en los olivos. No estabas entre los árboles, ni en las rocas, ni en el río. 

La busqué por montañas aletradas, la busqué por cuevas de oscura tinta, y aunque se me desgastaron los dedos, y los ojos, de tanto andar por los lugares, en las noches, y en los días, en el viento y en el frío. Ya no estás en los suspiros, ni en las mañanas de flojera, ya nos estás en aquel brillo de mis ojos al mirarte, ya no estás.

Ahora ya no sé por qué escribo, daría lo que fuera por encontrar a mi Hada... un pie derecho o izquierdo, pues nunca he sido muy caminante, daría lo que fuera por encontrarla. Solo déjame un ojo, y mi mano derecha para escribirte, ¡oh Hada! Soy tan distraido.

 ¿Dónde estás querida Hada? Temo mucho el que te he perdido...

Mi Hada AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora