— ¿Ti gistirii ir por in cifi? — escuchó YeonJun, una voz en tono infantil en la lejanía, despertándole de su viaje astral.
Joder, claro que algo tenía que cagarla, las cosas no eran color de rosa. Y ese algo, no era nadie más que el pesado de Beomgyu.
Aún recostado en el marco de la puerta le envió una fulminante mirada a su no tan querido mejor amigo, y a pesar de todo, se apartó para dejarlo entrar al apartamento.
— ¿Escuchaste? — preguntó el pelirosa una vez estaban los dos dentro, sabiendo lo que se venía.
— Claro que escuché, pedazo de idiota, llegué en medio de la conversación, pero estabas tan ocupado babeando por ese omega, que ni cuenta te diste de mi gran y maravillosa presencia. Y al parecer lo mismo con él. Que falta de respeto, eh? — hablaba el castaño rápidamente.
— Beomgyu, ya. Ya entendí, cállate. Ahora, si eres tan amable, te agradecería que no me hicieras burla. Y cómo se que eres cual vieja chismosa, si, te voy a contar, pero primero muévete y ayúdame a hacer unos sándwiches, qué estoy que muero de hambre — dijo YeonJun, interrumpiendo al contrario, pues era verdad, ahora le interesaba más saciar su vacío estómago que escuchar las múltiples quejas del menor, y estaba seguro que Gyu también moría de hambre.
— Está bien, solo porque también comeré yo, ¿no? — el alto asintió — bien, y por cierto, hoy me quedo, para tu hermosa desgracia — avisó Beom, tirando su maleta al sofá y dirigiéndose a la cocina. YeonJun suspiró y lo siguió. Iba a ser una noche muy, muy larga.
El cielo se había pintado ya de un azul oscuro, casi negro, y ambos mejores amigos se encontraban viendo una película en la habitación del más alto.
Beomgyu recostado sobre el pecho de YeonJun, YeonJun acariciando las castañas hebras de Beomgyu. Una situación totalmente opuesta a la de hace unas horas. Así eran tanto ellos, como su amistad. Bipolares.
— Oye, ¿y mi chisme? — el menor alzó la cabeza, mirando con curiosidad al contrario, y provocando que aquel extraño juego que tenía YeonJun con su cabeza, se detuviera.
— Ah, eso.
— Si, eso.
— El chiquillo vino a devolverme una chaqueta que dejé en la biblioteca. — respondió el mayor de ambos, restando importancia a la situación, como si fuese algo normal en su cotidianidad.
— ¿Y cómo sabía de quién era? ¿Lo conoces? — la duda surgió en BeomGyu, sabía que el contrario era tan despistado que probablemente, lo único que había hecho hasta ahora era pensar en el rostro del "chiquillo" y en nada más, por muy raro que fuera lo que había sucedido.
— No, de hecho. No había pensado en ello.
— ¿Y entonces como supo tu dirección? — indagó de nuevo el castaño, la cosa se estaba tornando aún más rara para él. ¿Sería ese pequeño omega una especie de acosador?... No, no. Tal vez estaba viendo demasiados dramas últimamente, pero no le iban a negar que era algo extraño, porque claro que lo era.
— Maravillosa pregunta, Dorothy. — bromeó el pelirosa, intentando, como desde el inicio de la conversación, tomar todo con calma.
— Que gracioso. — Beom rodó los ojos en una mueca de fastidio, y aún así, resignándose — Bueno, eso lo descubriremos luego. Ahora lo importante es, ¿te gustó?
— ¿Qué es esa clase de pregunta, Beom?
— Una que yo, como tu mejor amigo, tengo el derecho de hacer. Y no me vas a salir con un chorro de babas YeonJun, porque eso es lo que tenías saliendo de la boca cuando el omega ese te sonreía. Un poco más y yo mismo te traía la cubeta. Así que dime, ¿tu bonito lobo te está suplicando escribirle en este mismo instante?
— No sabes cuanto te odio, Choi BeomGyu. Pero sí, ¿contento? — El menor sonrió tiernamente ante las palabras del pelirosa, orgulloso e ignorando la primer parte, porque claro, sabía que era lo opuesto.
— ¿Y entonces que esperas?
— No lo sé, sabes que el amor y yo no vamos juntos en una misma oración, ni de coña. Pero, me sentí completamente diferente al lado de ese omega, me siento... raro, pero bien. Es que ni siquiera lo conozco, ¿porqué me pasa esto? — confesó entre suspiros y pucheros el alfa, a la espera de que Beom pudiera darle una respuesta convincente.
— Aw, mi lindo YeonJunnie ha caído en las redes de un chiquillo. — se burló el castaño, imitando el papel de una madre, a la par que llevaba sus manos a las mejillas del otro, para apretujarlas como si de un slime se tratase.
— Yah, que enserio necesito saber.
— Bueno Choi, lo único que tengo por decirte es que no te cierres a esta posibilidad, si quieres escribirle, hazlo. Estás muy solo, y créeme cuando te digo que una pareja te haría bien, si las cosas se dan, luego me lo vas a agradecer, nada te cuesta cumplir con tu promesa del café, y hacer algunas otras en el trayecto. Además, caíste por ese omega apenas lo viste, cosa extraña, y no solo por ser tú, así que...
— Bueno, si, lo haré.
— ¿Y que esperas para sacar tu teléfono?
— Ya, ya.
Haciendo caso a las palabras del castaño, YeonJun agarra el móvil entre sus manos, busca el número del chico, y procede a escribirle.
"Hola, chiquillo. Recuerda lo del café, ¿estás libre este domingo en la tarde?"
Sin esperar por una respuesta bloqueó su celular, tirandolo a quién sabe que parte de la cama. Y mientras sentía a su corazón latir feliz y ansioso por la decisión que había tomado, YeonJun supo de nuevo, que estaba completamente jodido.
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𝘿𝙀𝙎𝙏𝙄𝙉𝘼𝘿𝙊 𝘼 𝘼𝙈𝘼𝙍𝙏𝙀 - [𝑌𝑒𝑜𝑛𝐵𝑖𝑛 - 𝑜𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒]
FanfictionSe dice que hay personas lo suficientemente afortunadas como para encontrar a su pareja predestinada, es algo poco común y justo por ello se ve como un mito o como un disparate creado con el único fin de llamar la atención. YeonJun, es una alfa que...