Segura de mi misma tomo la carta que estaba en el buzón de mi casa cuando salí a revisarlo... Era una carta de Sebastian, lo sabía por el simple hecho de ver aquél sello con cera... Ya nadie los usaba, solo unas pocas personas, y es mas, el simbolo del clan me hacía saber que era de el mismísimo Sebastian.
"Hola Reila, buen día...
Espero que estés lista y preparada para tu nueva misión, se trata de Louis Grandt, el empresario de la compañía de la que hablabamos días anteriores, ¿recuerdas?, espero no te hayas encariñado con él porque lastimosamente "Ha tramitado bajo nuestra mesa", tienes cuatro días... Mis más sinceras suertes... Y "que la fuerza siempre sea tu única y más fuerte arma"
-Sebastian."
Bien, era una lástima que Louis Grandt haya hecho lo que hizo, esa cara tan linda se iba a perder... Menos mal no me encariño con los asistentes en las reuniones de Sebastian, aunque sean socios, se pueden convertir en un peligro, y uno muy riesgoso... Podrían afectar la seguridad del clan... Y peor... La de Sebastian... Pero para eso estoy yo...
Me llamo Reila McDolan y soy la escritora de condenas.