Parte única

25.1K 2.5K 5K
                                    

Esto se lee con "As long as you love me", de Sleeping at last, de fondo.

PRIMER AÑO

Tan pronto como el sonido de la rama seca partiéndose inundó el sendero, Fang echó a correr en la dirección opuesta, abandonándolos a su suerte en el Bosque Prohibido. Draco le gritó al perro cazador, en vano. Tragó en seco cuando se dio cuenta de que estaba solo, porque Potter no contaba como una compañía decente que pudiese protegerlo de los monstruos que acecharían ahí dentro.

—...este no es lugar para los estudiantes —Masculló, siguiendo al niño-que-vivió con pasos vacilantes. ¿Era necesario que Potter caminase por el bosque, como si no le temblasen las piernas o quisiera imitar el ejemplo del perro cobarde? Oh, por supuesto que no se podía comportar como un niño normal de once años; habría sido pedir demasiado—, no pueden obligarnos a venir aquí, ¡a entrar aquí! Mi padre se enterará de esto. Le diré cómo nos castiga Dumbledore cuando no nos lo merecemos, le diré que...

Potter ahogó un quejido. Se restregó la cara con una mano, tan poco cuidadoso que estuvo por arrancarse los lentes. No pareció preocupado al respecto.

—¿Puedes decir una sola cosa que no tenga que ver con tu padre o con quejarte, Malfoy? Si no es así, quédate callado —Draco abrió la boca, listo para replicar y consumido por la indignación, cuando él se le adelantó:—. Si estás tan asustado, debiste irte con Hagrid y dejar de ser un idiota.

—¡Yo- no estoy asustado!

—Sí, claro —Rodó los ojos. Prosiguió con su trayecto, sin prestar atención a Draco, que continuó con zancadas largas y diciéndole que no tenía miedo de nada, sólo le parecía incorrecto y peligroso—. Admítelo —Potter sacudió la cabeza, exasperado. No lo veía—, estás aterrado. ¿Y sabes qué? Está bien, así aprendes a dejar a Hagrid tranquilo, porque es el único que podría cuidarnos aquí, cosa que haría, si tú no fueses tan...

Draco hizo oídos sordos de lo que vino después, cruzándose de brazos y formando pucheros en los que él tampoco se fijó.

Potter era un idiota.

Avanzaron por lo que se sintió como horas, días, semanas. Draco no era bueno para esperar. Draco no esperaba, sencillamente.

Sin embargo, Potter lucía más cómodo con el silencio y simulando que se había olvidado de que iban juntos. Sentía que había ojos siguiéndolos desde la parte de atrás de cada tronco; era espeluznante caminar por ahí, sin nada con que distraerse. Al menos, discutir le evitaría el escalofrío en la columna y la sensación de peligro, ¡pero el imbécil había decidido que no era una noche para pelearse con él!

Debía pensar en algo más. No era que le interesase hablarle, era que podía ser asfixiante hallarse en esa situación.

A Draco tampoco le causaban incomodidad con frecuencia; por el contrario, las personas solían darle lo que quisiera, sin esfuerzo. Por eso, había decidido que Potter era raro.

Pero podía hacer un intento.

Consideró sus opciones y se decantó por lo más básico. Una pregunta.

—¿Qué hace alguien con un perro de caza que huye cuando escucha a otro animal?

Potter, claro, giró el rostro y le frunció el ceño.

—Hagrid te advirtió que Fang es un miedoso —Espetó, más fastidiado. ¡No era para tanto, por Merlín! Draco arrugó el entrecejo, incrédulo. Si fuese Weasley, seguramente le contestaría, en lugar de tomárselo tan mal.

Mientras tantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora