Amor Bohemio

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Disclaimer: Ninguno de los personajes presentados me pertenecen, sino a sus respectivos autores.

Bohemian love

Entrar en esa cabeza era lo más errático que uno podría hacer: inhóspito, extraño, no... ¡Ilógico! ¡Basara no se regía con la lógica de ningún código moral! Siempre se había preguntado dónde había aprendido a cantar, a componer, pero, lo más importante, ¿de dónde venían sus letras, tan profundas, tan poéticas?

Había tardado milenios en comprender ese lenguaje, la música no había sido algo relevante en su vida, hasta la aparición del chico loco que cantaba en medio de las batallas, para convencer a todos que la violencia no era la solución, pero, ¿cómo defender algo sin el uso de ésta? ¿Cómo proteges a tus seres queridos frente una amenaza?

Con música, diría él. Ese extraño hablar que muy pocos dominan y pero encandila a todos por igual. No hay nada, sobre la galaxia, que no resuene frente a tamaño lenguaje. Gamlin lo había entendido de la manera más dura: se negó a la música, gracias a ella, todo se le había puesto patas arriba, todo cambió, todo murió y floreció. Basara hacía florecer la vida como si su voz, sus melodías, su cantar fueran el agua de la vida que todo lo regresa a su estado más brillante.

Basara era brillante, ¿por eso su VF era rojo?

Qué ocurrencias tenía en un momento como ese, ¿verdad?

Luego del incidente con las ballenas en Zola, Gamlin no dejó de perseguirlo, ¿era por Mylene? No, claro que no: ella era importante en su vida, pero, ¿cómo podría enamorarse así? Por Dios, que era una niña comparada a un viejo de más de vientipico de años como lo era él... Eso lo comprendió deambulando por el espacio tras Basara, como un león tras su presa.

Claro que detestaba verla destrozada, a fin de cuentas, ella también hablaba en el mismo lenguaje que Basara, se culpaba por no poder hacerlo de manera correcta, ¿o acaso eran celos?

El alcohol definitivamente lo envenenaba, ¿cuándo tomó en su vida? Era impoluto en tantos aspectos...

Pero lo encontró, en algún planeta con una civilización que no conocía, tocando en alguna especie de bar. Le dio tanta bronca, tanto coraje su forma de ser, indomable como un corcel salvaje, que se sentó en la barra, lo miró con el más profundo odio, pero un odio puro, sin maldad. Y pidió lo más fuerte que tenía al camarero. No sabía que estaba ingiriendo, pero un profundo fuego rugió dentro suyo mientras la voz imponente del cantante de Fire Bomber entonaba una melodía movida, alegre, llena de vida.

No sabía exactamente qué hacer al terminar el décimo vaso de ese líquido. La travesía en su búsqueda lo había excedido de sobremanera. Quería replicarle todo el dolor que Mylene sentía por su ausencia, quería replicarle todas las emociones que sentía cuando escuchaba su cantar, el fuego lo consumía de tal forma que no recordaba haber sentido otro en su vida.

Basara lo encontró desmayado cuando terminó de cantar y se había armado un revuelo alrededor de él. Sorprendido por ese estado de ebriedad poco frecuente en él, el cantante cargó en su hombro su inseparable guitarra... Y el militar, que no se parecía mucho a uno en ese momento. Tenía la cara roja como un tomate y balbuceaba incoherencias.

Lo trajo al pequeño departamento donde se alojaba en un hotel muy sencillo. Lo recostó en la cama, se sentó en el alféizar de la ventana y cantaba al cielo oscuro.

Gamlin, aún nublado, abrió los ojos, tardó en reconocer dónde estaba y qué hacía, pero pronto, la voz penetró en él y el fuego resurgió, vivaz y jovial. Se llevó la mano al pecho: apretaba, dolía, pero era cálido, como la voz que cantaba frente a él. Intentó incorporarse y se cayó de la cama. Basara se detuvo y cuando quiso ayudarlo a recostarlo, el militar lo agarró por los hombros y lo tumbó en la cama: el artista, ese bohemio malnacido, como iba a decirle en ese momento, lo miraba a los ojos, con ese mirar límpido y profundo, inmenso como una montaña incapaz de ser derribada.

Bohemian loveWhere stories live. Discover now