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—¿_____?, ¿Harry? —Oímos una tercera voz. Zayn— Creí que habían huído de la fiesta ayer —Dijo en un bostezo.
—¿Y Jay? —Cuestionó Louis a Zayn.
—En la habitación de huéspedes.
Tomé a _____ del mentón y la obligué a mirarme directamente a los ojos.
—Tranquila, yo te cuidaré. No se acercará a tí.
—¿No te irás? —Sorbió su nariz.
—No hermosa —Sonreí—. Me quedaré contigo. Ya te lo eh prometido antes, ¿No? —Asintió.
—¡¿Follaste con Jay?! —Gritó Louis exaltado.
—Sí. ¿Cuál es el problema?. —Le miramos extrañados y él rió— ¿Qué tengo?.
—Se suponía que le tendrías que decirle que le querías, no follarla dura toda la noche —Dije entre risas fingidas.
—¡Harry! —_____ golpeó mi extremidad izquierda.
—¿Qué? —Cuestioné inocente.
Narras Tú.
Transcurrieron unas dos horas aproximadamente, en las que ordenamos el hogar de Louis. Estaba hecho un verdadero desastre.
—Bien chicos, nosotros iremos por ahí unas horas —Anunció Zayn tomando la mano de Jay, quien tenía una gran sonrisa en el rostro—. Adiós.
—Hasta luego —Musitamos al unisono Louis, Harry y yo.
Zayn tomó el pomo de la puerta y en un dos por tres, ambos ya no estaban ahí.
—Vale, sé que ustedes dos también quieren irse a compartir saliva. —Dijo obvio, Louis— ¡Adelante, vamos! ¡Déjenme solo con éste hijo en mi vientre! —Exclamó, reí.
—¿Estás embarazado?.
—Sí, y tu novio es el padre —Musitó con una sonrisa, carcajeé aún más.
—Harry, me eres infiel con Loueh.
—¿Qué?, ¡No! —Exclamó, aunque se veía algo ido desde aquel estúpido mensaje.
—Tengo a éste bebé desde hace tres meses atrás. —Continuó Loueh.
—Ya Louis, no estoy para bromas. —Habló Harry alborotando su cabello y tomando asiento en una silla cercana. Llevó ambas manos a su rostro y lo ocultó entre éstas.
Podía sentir su preocupación en el aire.
—Harry, ya.. está bien. —Musité acercándome a él.
—No _____. No está nada bien. ¿Crees que está bien que un ex novio tuyo psicópata te envíe mensajes horribles?, ¿Te imaginas que cosas te podría hacer él si no estoy alerta?. Podría abusar sexualmente de ti; obligarte a hacer cosas que no deseas; hacerte volver con él y amenazarte de que si no, hará algo más grave. —Dijo en un grito— ¡Quiero asesinarlo, maldita sea! —Se levantó y pateó una pequeña mesita tintada de marrón.
—¡Harry, mierda, cálmate! —Gritó Louis corriendo a él.
—No creo poder calmarme, es imposible. ¡Mi novia corre peligro por un malnacido hijo de perra!. ¿Tú no estarías igual si algo así le sucediera a tu futura novia? ¡¿Eh?! —Cuestionó desesperado— ¡Contesta, maldición! —Gritó.
Asustada, retrocedí unos cuantos pasos.
—¡Sí maldición! —Gritó Loueh enfadado, el estado de ánimo se podía saber gracias a sus ojos que habían perdido algo de brillo.
—¿Ves?, ¡¿Cómo mierda quieres que me calme?!
—Chicos ya basta. No tiene caso gritar y pelearse. —Interrumpí.
Centraron su mirada en mi persona, ambos con el ceño fruncido y con una mueca no muy agradable.
—Saldré a caminar. No necesito compañía. —Musitó Harry volteándose a tomar su saco. Una vez en la puerta se giró— Tomlinson, no te apartes de su lado en ningún segundo de lo que resta del día. ¿Oíste?.
—Mira, no es que tu seas mi capitán o algo por el estilo. Pero cuidaré a ______, por mi voluntad. No porque tu me lo ordenas. ¿Oíste? —Dijo imitando su voz en ésta última palabra.
Harry le fulminó con la mirada y luego cerró la puerta con fuerza, haciéndola resonar en toda la casa.
—Louis, no quiero que dejen de ser amigos por ésto.. —Susurré culpable.
—Son solo peleas. De seguro volverá luego corriendo a por un abrazo de su mejor amigo. —Bufó.
—¿Lo prometes? —Pregunté.
—Claro sistah —Sonrió—. ¿Quieres salir?, no creo que estar encerrada todo el día en mi casa sea divertido.
—¿Dónde quieres que vayamos? —Cuestioné con una sonrisa en mi rostro.
Silencio.
—______, ¿Por qué no denuncias a Chaz a la policía? —Habló Louis con sus labios en línea recta y cambiando rotundamente el tema de conversación—. Es decir, así te librarías de toda ésta mierda.
—Créeme que lo intenté. Pero no sé como es que Chaz puede saber todos mis movimientos; dijo que si le denunciaba, ocurriría algo peor, así que no —Él asintió y nos quedamos unos largos segundos en silencio. Muy incómodo por cierto— ¿George Shelley, era su amigo? —Cuestioné.
—¿George, el swagmastah? —Le miré confundida—. Lo siento, ¿George Shelley?.
—Ahá.
—Pues, sí. Era nuestro amigo; pero le quitó algo muy preciado a Harry un año y medio atrás —Bajó la mirada.
—¿Qué cosa?.
—Sonará extraño, pero Harry tenía, o más bien, tiene una hermana mayor.
—¿Qué? —Pregunté incrédula.
¿Una hermana mayor?, ¿Por qué jamás me habló de eso?.
—La tiene, pero no le gusta hablar de eso. Jamás la ha presentado a nadie, con excepción de George, Zayn y yo.
—¿Y qué tiene que ver ella en todo ésto?.
—Verás. Una tarde de verano en Diciembre, Gemma; la hermana de Harold, desapareció de casa y durante cinco condenadas horas la buscaron. Pero ni rastro de ella. Treinta minutos luego, llegó a casa con George riendo y de la mano. Harry se enfadó. Él era muy sobre protector con Gemma y no soportaba que algún chico se le acercase, y menos uno de sus mejores amigos. Los meses transcurrieron y ella les dió la noticia a Harry y Anne que salía con George; pero como no toda relación es eterna, un día rompieron, ella rompió con él gracias a que la engañaba con otras dos más. Sin esperar más, empacó sus cosas y se largó de casa, sin aviso alguno. Aún se desconoce donde se encuentra. —Hizo una pausa— Esa es otra de las razones de por qué actuaba como delincuente antes.
Entonces, fué ahí, donde recordé algo que había ocurrido un tiempo atrás.
Flashback.
—¿Harry?
—¿Sí? —Dijo algo agitado.
—¿Por qué estás tan agitado? —Pregunté confundida.
—Por nada.. —Noté un tono frío en su voz.— ¿Estás lista?.
—Sí. –Salí por completo del cuarto de baño, hace poco solo tenía la cabeza asomada.—Por cierto.. ¿De quién son estos vaqueros? —Indiqué los vaqueros ajustados blancos que traía en mis piernas— Porque no creo que te pertenezcan.
—Los pedí a una prima. —Me alivié.
—Oh..
—Te .. te lucen bién..
—¿Sí? —Me miré— entonces.. gra..gracias.. –Farfullé.
Fin flashback.
Aquellos vaqueros blancos no eran de su prima. Pertenecían a Gemma.
—Pero —Tragué saliva— ¿Por qué Harry no habla de ella?.
—No le gusta recordarla. Le dá nostalgia, la amaba demasiado.
Bajé la mirada con melancolía. La vida de Harry es dura, muy dura. Su madre falleció mientras yo estaba como una idiota enfadada con los que ahora son mis mejores amigos; su padre la dejó desde que Anne le informó sobre el embarazo, y su ahora su hermana, huye de George.
Debió quedar bastante dolida como para que dejara el país o tal vez la ciudad.
—Solo te tiene a tí ahora. Comprendo el por qué de su gran enfado. No quiere perder a alguien más importante en su vida. Él te ama demasiado ______ —Musitó acariciando mi mejilla.
Mis ojos comenzaron a cristalizarse, formando una imagen borrosa de Loueh frente a mí.
Quería rodear mis brazos al rededor del cuerpo de Harry y besar sus labios con ternura, con amor, como siempre.
—¿Vamos ahora? —Cuestionó Loueh limpiando mis lágrimas con sus pulgares.
—Claro.
Tomé mi saco y él abrió la puerta, para luego, guiarme a su vehículo rojo.
—¿Qué te parecen unas malteadas en “Boo's milkshakes”? —Sugirió mientras se ponía el cinturón de seguridad.
—Me parece bien —Sonreí—. ¿Me dirías la hora, por favor? —Pedí.
—Las siete y cuarenta y cinco de la tarde.
—Gracias. Ahora avanza rápido, muero de sed y hambre.
(...)
—¿Bromeas? —Cuestioné entre risas—. No puedo creer aún que hayas hecho tal tontería.
—¡Estaba ebrio! —Se excusó— Quizás que otras horribles cosas más hice.. —Reímos.
Louis giró el pomo de la puerta para entrar a casa.
—Gracias por traerme Loueh —Sonreí.
—Todo por tí, sistah —Sonrió.
—Bye —Besé su mejilla.
—Hasta mañana —Sacudió su mano hacia ambos lados y se dirigió a su medio de transporte para volver a casa.
Prendí las luches de la sala de estar y me encontré con una nota pegada al frizzer.
“No estaré una semana más _____, el odioso trabajo no me deja en paz. Pero juro tomar unas vacaciones de dos meses para que podamos disfrutar ambas, junto con Liam si acepta.
Te quiere, Mamá”.
La rompí en mil trocitos diminutos y la tiré al bote de basura. Ahora que nos habíamos reconciliado, debía estar ausente. Genial, pensé.
Subí las escaleras algo adormilada, y al llegar a la puerta de mi habitación oí unos ruidos. Mi piel se erizó y rápidamente entré, encontrándome con una no muy agradable sorpresa.
Temblé.