El despertar de un conocido

3 0 0
                                    


Capitulo 2- El despertar de un conocido


La oscuridad lo inundaba, claramente se encontraba dormido por alguna razón, su mente estaba algo nublada, pero en cuanto comenzó a tomar consciencia su cuerpo reaccionó, su cabeza dolía, eso era algo casi normal luego de la cantidad de veces que se había herido estando en una misión, no paso mucho para que el mayor de los elrics se despierte de repente al notar que no era momento de dormir, él estaba en una misión ¿verdad? O estaba en el hospital o lo había sedado y ahora estaba encerrado por el estúpido alquimista que había tratado de atrapar.

"Alphonse" fue lo que su mente dijo, él no podía seguir durmiendo, su hermano podría estar en problemas debido a su imprudencia.

Se despertó algo perdido sobre donde se encontraba, sabía que no estaba secuestrado o algo similar ya que si fuera así se encontraría atado de alguna forma, pero mantenía su duda ya que debía confirmar si no encontraba cerrado de alguna forma, se sentó sobre lo que era una suave cama en la que por alguna razón se encontraba recostado, ¿no había hospitales cerca?

El pensar que él estaba encerrado sabiendo que él era el fullmetal alchemits era estúpido, más si sus manos no estaban atadas de forma que evitaran su famoso aplauso.

Se sentó sobre el borde de la cama esperando a una gran armadura a su lado, pero no vio nada, solo otra cama en el otro extremo, eso lo confundió, no parecía una de hospital, volteo para ver mejor el cuarto, era el cuarto de Alguien, o de al menos de dos personas. Eso era extraño, le sonaba de algo, pero no era capaz de reconocerlo.

De un lado de la habitación estaba pintado un rojo un tanto apagado mientras que el otro era un azul más brillante, clara mente para simbolizar de qué persona era cada lado del cuarto, había un librero y distintas cosas pegadas en las paredes, de su lado había dibujos de calaveras, gárgolas y de más, realmente quien los allá dibujado tenía buen sentido del estilo.
El otro era más, tranquilo o eso transmitía, tenía dibujos sí, pero eran más naturales por decirlo de alguna forma, plantas y flores que creaban lindos paisajes, había dos armarios posiblemente con ropas, y dos muebles que se colocaban al lado de las camas, ambos poseían fotos enmarcadas las cuales llamaron muchísimo la atención del chico rubio.

-Pe-pero...- tomo la foto que se encontraba en el mueble que se encontraba al lado de su cama, no lo podía creer.

La foto era de él y winry, no era algo nuevo había fotos de ambos en la casa de la abuela, sin embargo, el no llevaba ni su característico traje, ni sus guantes, él estaba abrazando a Winry de la forma más cariñosa de lo que jamás lo hizo, ni se atrevió a hacerlo.
Llevaba una chaqueta roja junto a una camisa que tiraba entre el celeste y el blanco, un tipo de ropa que no usaba dese hace mucho, mucho tiempo, pero lo que más le confundió al ahora tembloroso chico, es que su brazo se encontraba donde debería estar, no era aquel brazo de automail que había llevado desde los 11, si no que era uno real, en carne y hueso, dejo la foto en su lugar buscando calmarse.

-E-Esto está mal, ¿qué diablos paso? - dijo al tratar de mantenerse cuerdo tratando de recuperar los recuerdos sobre lo sucedido antes de quedar inconsciente.

No obtuvo nada preciso, su cabeza dolía aún más con solo pensar en lo que lo llevo a aquella situación que no hacía más que asustarle al no comprender lo que sea que estaba sucediendo.

Ruido, escucho ruidos en la planta baja de la casa, no estaba seguro de que era, pero debía ser cauteloso.
Se levanto de la cama con cuidado, no quería hacer un ruido de más que alertara a aquel que se encontrara en esa misteriosa pero familiar casa.
Camino despacio, noto que sus pies se encontraban cubiertos solo por su par de medias las cuales por suerte cubrieron su automail, tomo sus botas y con rapidez se las coloco para poder así salir de aquel cuarto, camino despacio y en silencio por el pasillo, era extraño, sentía que conocía aquella casa, pero, los colores y las decoraciones no le permitían saber de dónde.

Camino a paso lento, agachado para no ser visto, comenzó a bajar la escalera, manteniendo la calma para tratar de no empeorar la situación.

Se quedo frente a la puerta de salida, esa puerta estaba algo gastada y parecía tener ahora como rasguños de garras de un gato por alguna razón, pero la puerta era la misma, su pecho no pudo evitar hundirse en un profundo hueco que no hizo más que ahogarlo, era imposible que estuviera en esa casa en concreto, no podía ser posible, la habían quemado hace mucho tiempo pero no, ahora mismo se encontraba en el interior de la casa completamente intacta.

- ¡Edward! - escucho la voz de aquella persona que jamás en su vida pensó que volvería a escuchar.

Su cuerpo tembló al escuchar esa voz detrás de él acercarse a paso fuerte, su cuerpo permaneció sin reaccionar de forma correcta debido al temor de encontrarse con aquella criatura que aparecía en sus continuas pesadillas que lo perseguían desde aquel fatídico día donde su vida y la de su hermano se destruyeron por completo por su culpa.

Edward volteo esperándose encontrarse a dicha criatura, pero lo que vio fue menos que esa repugnante cosa, lo que vio una vez su mirada se fijó en la persona detrás de él fue a la madre que tanto recordaba, su apariencia más envejecida de lo que recordaba, no mucho, pero si se le veían unas pocas arrugas y el pelo con unas pocas canas.

Cuando sintió las dulces manos de su madre en sus mejillas sintió que el mundo a su alrededor se congelaba, jamás tuvo un sueño tan vivido como este, no le disgustaba el tener uno antes de una pesadilla, pero ahora Alphonse y los demás podrían estar en problemas por culpa de mal actuar.

- ho, Edward me tenías tan, pero tan preocupada, no sabía si debíamos llamar a los Rokcbells para que te revisaran – Dijo quien se supone es su madre mientras mostraba un profundo alivio en sus ojos negros como la más profunda noche.

El chico quería decir algo, pero el verla frente a él luego de todo por lo que ha pasado sin si quiera poder tener su cariño y calidez era como si le hueviarán dado un buen golpe en lo más profundo de su ser.

- ¿Ed?, Cariño, ¿te encuentras bien? ¿Quieres que vallamos por los Rockbells o que tu padre vuelva a revisarte? - Pregunto su madre al no obtener cualquier respuesta de parte de su hijo mayor.

-...E-Estoy... ¿Bien? - dijo el chico lleno de duda, no estaba seguro como salir de este sueño tan vivido, no sabía cuánto duraría, iba a pellizcarse o lo que sea para despertarse, sin embargo, el aroma conocido de aquella comida que tanto amaba lo detuvo.

- ¡Que alegría!, realmente pensaba que esta vez tendría que llevarte a un hospital fuera de Resembool...Ten más cuidado la próxima y ¡no vuelvas a correr en la lluvia solo por ganar una carrera contra tu hermano, mucho menos con las compras encima! - Lo regaño como solía hacerlo hace tanto tiempo que el solo pensar en alguien regañándolo aparecían Winry y su hermano en su mente, o como máximo el bastardo del coronel que tanto lo había apoyado en él y a su hermano en estos 4 años llenos de dolor y silenciosa agonía.

El chico tembló ante el regaño y miro al suelo, claramente parecía que se sentía culpable por algo que a consideración de su madre no era su culpa, Trisha al ver ese actuar abrazo al chico nuevamente.

-Ho cariño no te sientas culpable, fue solo un tropezón, solo nos asustamos de que algo malo te allá pasado, no sabes el alivio que sentí cuando solo fueron unos pocos golpes...- Las palabras de su madre eran tan dulces y relajantes que le partían el alma, ¿cuánto tiempo estuvo sin poder escuchar a alguien que le hablara de la misma forma que ella lo hacía?, esa forma que solo las madres logran vocalizar, ese tono tan maternal que simplemente alivia cualquier dolor.

Sin embargo, esta vez en vez de aliviar el dolor solo abrió las profundas heridas que la muerte de su madre le habían dejado, levanto sus brazos con lentitud, sus manos temblaban al temer que ella desapareciera con el simple roce de sus guantes, se preparó para la posible aparición de la horrenda criatura que amenazaba todas las noches sus sueños y la abrazó, la abrazo de la forma más desesperada que pudo hacerlo nunca, ese abrazo que jamás consiguió debido al rápido crecimiento que su mente tuvo que dar a los largo de los años.

Este abrazo lo necesitaba más que nunca, si bien podía abrazar a su hermano hacia años no sentía el calor de el mismo, lo extrañaba más que nunca y el sentir un calor tan grande como el de su madre, era mucho, se suponía que él era el que debía ser castigado por sus males, ¿porque era recompensado con este regaló? Un regalo que le permitía el sentir un calor tan similar al de su dulce hermano, pero este era mucho más importante, su hermano estaba vivo, conseguiría devolverle su cuerpo cueste lo que cueste, su madre, su madre estaba muerta y ahora podía sentir su calor de forma tan real, tanto que su ser se sentía tan aliviado que simplemente no pudo evitar llorar.

Estaba llorando, no sabía en qué momento empezó a hacerlo, pero sentía un dolor tan grande que ahora mismo por fin estaba siendo calmado por el maternal amor de su madre.

-¿Edward? ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras? - Su madre sonaba preocupada, claramente no quería ver a su pequeño hombrecito llorar, era extraño que él lo hiciera, aunque de vez en cuanto actuaba tímido similar a la actitud de su hermano, era raro que el chico llorará y el que lo hiciera significaba que algo serio había sucedido.

-T-Te habías ido, tanto tu como... hohenheim y luego...yo... ¡lo arruiné! Alphonse se lastimo por mi culpa y yo...no sabía qué hacer y simplemente...no podía arreglarlo...no sé cómo hacerlo y...me dolía...todo...yo...fue toda mi culpa mamá y yo solo...me sentía tan solo y acorralado y...- simplemente no podía dejar de tartamudear, tenerla frente a él, hablarle de sus problemas, liberar todo ese dolor debía hacerlo desesperada mente, eran cosas que ni a su hermano podía contarle después de todo.

-entiendo... ¿tuviste una muy fea pesadilla verdad? Cariño sabes que no debes temer no fue real ¿sí?...simplemente debió ser el temor debido al momento de la caída...- su madre trato de explicar querer calmar el dolor de su querido hijo mayor.

-...s-si debe ser eso...gracias m-mama- dijo al querer mantener la calma, no debería haber reaccionado de esa forma, no cuando por fin tenía a su madre junto a él aun estando en un sueño que consideraba su realidad como una cruel pesadilla, después de todo, Aun sentía el frío metal clavado en su piel.

-Bien, estoy segura que estas muriendo de hambre como pensé que despertarías para la cena preparé tu comida favorita- trató de animarlo al cambiar el tema de conversación.

- ¿Estofado? - preguntó mostrando un ánimo algo fingido y dudoso.

-Claro, después de todo no pudiste cenar con nosotros anoche, estoy segura que tienes mucha hambre- la madre se animó al ver que al menos el mayor de los hermanos elric trataba de alejar el recuerdo de aquellas malas pesadillas -Ve a bañarte y en cuanto Alphonse vuelva comeremos todos juntos ¿sí? -

-A- em...de acuerdo- el chico respondió, iba a preguntar sobre donde había ido Alphonse pero decidió preguntar ya que el olor que hasta ahora inundaba su cuerpo lo hizo querer bañarse de inmediato y eso fue lo que hizo sin pensar mucho.

Poco después se dio cuenta de algo, se supone que esto es un sueño, se dice que en los sueños los relojes no marcan de forma correcta la hora o que incluso trabajan al revés, pero el reloj cercano que pudo ver hacia notar su correcto funcionamiento, entro al que se suponía era su cuarto y no tardo en desbloquear su reloj de alquimista estatal para poder ver la hora, este seguía funcionando, sin ninguna alteración en lo absoluto.

Fin del segundo capítulo. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 22, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Un pequeño cambio de lugarWhere stories live. Discover now