Penumbra y Luz

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Ella quedo inconsciente a causa de sus pastillas, a ella no le interesaba más la vida. Junto a ella, quien la observa por las noches, quien las rodea entre plumas y vela por sus sueños, al ver su cuerpo en el suelo, escuchando sus últimos suspiros, sus ojos cerrados llenos de lagrimas secas, el llora, lagrimas puras llenas de amor sincero, en la ha visto llorar hasta quedarse dormida, el ha visto como las cuchillas acarician la piel de ella, la ha visto tener que tomar para dormir… Hoy fueron pastillas, demasiadas, ella solo quería morir, el evitaría a toda costa su muerte, el no quería estar sin ella, el juro protegerla.

La levanto entre sus brazos, siente fría la piel de la joven y ve sus labrios cambiando de un rosa tan dulce a un azul fúnebre, no puede evitar derramar aun mas lagrimas por ella, la lleva hasta su cama y la acuesta con tal delicadeza que si de una muñeca de porcelana rota se tratara, levanta una mano hasta la mejilla de la joven y la acaricia, se pierde en su cara, tan hermosa, no puede permitir que se valla, acerca sus labios a los de ella. Un beso con amor, es todo lo que ella necesitaba, es lo que le devolverá la vida.

Poco a poco ella recupera su color, sus labios vuelven a ser rosados, su piel vuelve a ser tan blanca como la nieve, su calidez vuelve de poco a poco, el escapa por la ventana antes de que ella despierte por completo, ¿que dirían los demás de ello?, ¿que pasaría si sus superiores se enteraran?, el piensa y piensa desde un tejado cerca de la casa de aquella en quien el brillo de sus ojos se fijaron, es tan tarde que no le asusta que alguien lo viera, solo ella en esa calle esta despierta. Ella se despierta algo confundida, no recuerda bien lo sucedido, solo recuerda que esa noche su frasco de pastillas la ayudarían a escapar de aquel infierno, piensa mil cosas, unas peores que otras hasta que algo capta su atención a su lado, varias plumas que desde hace un tiempo han aparecido en su habitación cada amanecer, sus lagrimas dejan de caer y en su rostro se dibuja una sonrisa, las toma y las guarda en una caja en las que estaban todas reunidas, por alguna razón ella sentía la necesidad de guardarlas, se asoma por su ventana y mira hacia el cielo… En la mira desde donde está sentado, el sabe que su amor es totalmente imposible, el sabe que está prohibido enamorarse de una humana con unas alas negras falsas…. El sabe que va contra las reglas que un demonio en cuerpo de humano y un ángel se enamora, pero a él ya le da igual… solo quiere estar a su lado y quitar a todos esos demonios que lleva por dentro. 

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