Conocerle

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Esa noche Sara se metió en la cama pensando cómo empezó todo... Y ahí va, ahora sí os contaré cómo Sara se enamoró de Diego.

Febrero de 2018

- No podemos entrar- dijo Lucía- aún no tenemos 18.

- Jo, es que me encantaría ir a Kuzco, todo el mundo sale ahí.- añadió Sara.

Kuzco era la mayor discoteca de la ciudad, donde salía todo el mundo entre 18 y 25, cada fin de semana veían en Instagram como muchos de sus amigos pasaban la noche ahí bailando, pero ellas aún eran menores de edad por lo que no podían ir. Ese día estaban en el recreo del instituto hablando del tema con sus compañeras de clase cuando de repente Lola, una chica que iba a clase con Lucía parecía haber encontrado la solución.

- Chicas, tengo una idea. Mi amigo tiene negocios en común con los de Kuzco, yo he podido ir un par de veces antes de cumplir los 18 gracias a él. Quizás si le hablo consigo que os cuele.

En ese momento Lucía, Marta y Sara se miraron, ese era el momento, tenían que aprovechar esa oportunidad, por lo que le dijeron que si podía hablar con su amigo se lo agradecerían.

- Eso sí. - añadió Lola- Seguramente me diga de venir él y sus amigos con nosotras. ¿No es problema no?

¿Qué problema iba a ser?, su amigo Nando las iba a meter en la discoteca a la que tanto querían ir, no les importaba que él, sus amigos o sus primos quisieran venir.

Esa semana Lola lo habló todo con Nando y no habría problema. Debían coger un reservado para que fuese más fácil entrar sin que les pidieran la edad, pero como iban unos 15 en total no resultaría tan caro, así que aceptaron sin pensarlo. Las chicas estaban nerviosas, no dejaban de hablar de qué ponerse, cómo ir, etc. 

Finalmente llegó el sábado, y no lo creían la peor de todas las tormentas sería ese día. Al levantarse vieron que el cielo estaba tan oscuro que daba miedo, llovía a mares y hacía muchísimo frío. ¿Cómo podían tener esa suerte? Sucesivamente fueron llegando los mensajes al grupo de whatsapp para la salida de esa noche.

- Vaya día.

- No me creo que esté lloviendo así, ¿ahora que me pongo?

- Ah, ¿pero sigue en pie lo de salir?

- Yo así no sé si iré.

Sara se deprimió muchísimo, estaba deseando que llegara ese día, llevaba mucho pensando qué ponerse y ahora todo para nada... no creía que fuera verdad.

Lola finalmente se manifestó por el grupo:

- Chicas, no os preocupéis, he hablado con Nando, no pasa nada. Todo sigue en pie. Esta noche parece que deja de llover y si no es así, no hacemos botellón y entramos directamente, no me pongáis escusas que hoy salimos.

Marta, Sara y Lucía no tardaron en hablar entre ellas por su grupo de whatsapp.

- Chicas, yo hoy salgo, que estoy deseando ir a Kuzco y dentro de la discoteca no nos vamos a mojar. - dijo Sara.

- Venga chicas, claro que sí. Solo es lluvia, no nos va a pasar nada. Nada de decir que no ahora eh.- añadió Lucía.

- Uy yo no sé, está el tiempo feísimo, no sé yo si así me apetece salir.- Marta se estaba rajando.

- Marta, no, hoy se sale y punto. No se habla más, que estamos en 2 de bachillerato. Casi nunca podemos hacer nada por los exámenes, ya nos toca despejarnos un poquito. Así que ve pensando que ponerte porque venir vienes.- Lucía había hablado y no se podía decir que no.

Sara envidiaba esa actitud de Lucía, tan decidida, tan firme, le gustaría tener un poquito de ese coraje que a ella a veces le falta.

Llegó la noche y Marta accedió a salir pero con la condición de que sus padres acercasen a las chicas a la discoteca, no estaba dispuesta a coger el autobús con ese frío y viento, pero bueno las chicas no se quejaron, ir en coche siempre era más cómodo.

Cuando llegaron a Kuzco aún era pronto, no llovía por lo que algunas de las chicas habían decidido hacer botellón. Y ahí estaban ellas, en las puertas de la discoteca más famosa del momento sin ser conscientes de todo lo que les aportaría esa noche.

A la hora llegó Nando quién había quedado con las chicas más tarde, junto a él un grupo de chicos todos mayores que ellas de los cuales no conocían a ninguno. Sara empezó a ponerse nerviosa, era muy tímida y siempre que se presentaba ante un grupo se mostraba un poco insegura.

Los amigos de Nando se presentaron, pero ellas no fueron capaces de recordar todos los nombres. Nando les explico cómo entrarían y que estuviesen tranquilas, ese chico les transmitió buenas vibraciones.

Y poco después estaban entrando en Kuzco, el puerta había quitado el cordón de seguridad para abrirles paso por una entrada reservada a un público más reducido, las chicas estaban alucinando, se sentían especiales entrando por un acceso exclusivo viendo como todos las miraban desde la cola general.

- Venga no te embobes y sigue.- le dijo Lucía a Sara- Yo también estoy flipando.- Y le dio la mano a su amiga. Lucía la conocía, Sara seguía siendo muy inocente y tenía la facilidad de sentirse asombrada con todo, pero esa noche eran ambas quienes estaban en una nube.

Todos subieron al reservado, era en la planta más alta de Kuzco. Al llegar trajeron, las copas, las botellas,... Y ahí estaba él, Valenti, quién en un primer momento no llamó la atención de la joven. Cuando se lo presentaron Sara no consiguió recordar su nombre, ni siquiera sabía si era un nombre, un apellido o un apodo, pero todos lo llamaban así. El chico estuvo toda la noche hablando con ellas y haciéndolas sentir parte del grupo al igual que Nando, y es que por muchos que fuesen allí, ellos dos fueron los que se preocuparon de que se sintieran cómodas.

Pasaron una noche increíble, bailaron, bebieron, rieron,... Sería algo que no olvidarían, alucinaron cuando lanzaron confeti en toda la discoteca, y justo ese momento quería grabado para siempre en su memoria, aún recordaba como Lucía sacaba su móvil a toda prisa para hacer una foto e inmortalizar el momento.

Sara y Lucía no imaginaron lo importante que pasaría a ser Valenti para ellas.

SueñosWhere stories live. Discover now