Y así comienza todo...
Victoria, una pequeña niña nacida del matrimonio prohibido entre un humilde y una archiduquesa que mantenían un amorío a costas de las personas que considerarían su unión algo imperdonable, pues la diferencia de linajes entre ambos era evidente.
Durante años, ambos se frecuentaban para encontrarse en lugares donde hubiese escasa o nula cantidad de gente, dando como resultado de sus encuentros un fruto que se alojó en el vientre de la archiduquesa sin que esta estuviese enterada.
El tiempo siguió pasando y cada vez la mujer se sentía más extraña, pues síntomas como el dolor de su abdomen, vómitos recurrentes y un cansancio anormal venían cada vez peor. Las señales eran claras, pues más temprano que tarde se dio cuenta que estaba alojando un bebé en su interior, cosa que claramente le llenó de pánico.
La familia de la archiduquesa los asesinaría a ambos por tal deshonor hacia su familia, pero antes de dejar pasar más tiempo ambos lo planearon muy bien, tenían que escapar, irse lo más lejos posible, pero por sobre todas las cosas, debían de deshacerse de ese bebé para poder seguir juntos.
Entonces lo hicieron, era momento, una noche el humilde hombre ayudó a su amada a escapar de su bastante reforzada viviendo para poder irse juntos.
Con un par de corceles y bastante dinero huyeron del lugar donde vivían para irse lo más lejos posible de sus familias.
Lograron huir y establecerse en un nuevo y tranquilo lugar, pero aún había un problema, y era que el bebé estaba en camino.
Conscientes de que una interrupción para evitar su nacimiento sería muy arriesgado para la madre, decidieron esperar hasta que naciera, pues de esa forma ninguna correría peligro.
El tiempo llegó, de aquel embarazo resultó una sana y bella niña, quien fue ayudada por el médico del lugar para no tener ningún inconveniente.
Era momento de hacerlo, buscaban que naciera para darle fin, pero ninguno tenía agallas suficientes para acabar con su primogénita, por lo que optaron por hacer algo diferente.
Durante su viaje a su lugar de residencia se toparon con una gran iglesia que se escondía en un espeso bosque que rodeaba toda la zona. Fue entonces que ambos tuvieron la idea, y sin demora, la abandonaron al pie de la puerta de ese lugar para nunca más volver.
Allí, una casi recién nacida fue acogida por una de las monjas del lugar, la hermana Dorothy, en ese entonces una joven novicia que se preparaba para convertirse en un miembro importante de aquella iglesia, y quien le dio el nombre que la acompañaría siempre acompañado del apellido de la monja, Victoria Price.
Los años fueron pasando y la pequeña Victoria creció con la idea de que su madre era Dorothy, quien se hizo cargo de ella desde su llegada hasta su acenso como monja del clero.
Victoria siempre destacó de las demás por su curiosidad y espíritu atrevido, pues muchas veces solía meterse en problemas al ser pillada haciendo travesuras o husmeando en lugares impropios para ella.
Todo parecía ir regular en ese lugar hasta que sin razón el patriarca líder de esa iglesia murió una noche, dejando el lugar sin ningún regidor, pero sin hacerse esperar, un obispo ajeno a ese lugar llegó para tomar el poder.
El obispo Sullivan era un hombre extraño, un fanático religioso que estaba obsesionado con encontrar los caminos hacia las puertas del cielo, algo que si bien muchos aspiraban a alcanzar, no estaban al nivel de locura que aquel hombre guardaba, y que en poco tiempo llevaría ese lugar a la ruina más infernal.
Las cosas empezaron a cambiar en ese lugar desde la llegada de Sullivan, las monjas ya no tenían acceso al pabellón de provisiones, donde cada mañana llevaban la comida para los demás miembros de la iglesia.
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Inéditos: Los ojos de un hombre muerto
FantasyHistorias alternativas, personajes individuales.