First.

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Sé que siempre dije que estaría a tu lado, siendo tu fiel compañera y tu única mejor amiga que, sin importar la situación, estaría contigo, pero ya no puedo más con esto.

Estuve aproximadamente cinco años intentando acercarme a ti, que fueses capaz de confiar en mí como para revelar aquellos secretos de tu pasado, de los que simplemente te negabas a hablar y de los que conocí por mí cuenta sin que supieras. Pero nada, apenas me decías palabra de aquello. Simplemente lo dejé pasar, querías ser la chica perfecta que tus padres deseaban, alguien hecha y derecha, mientras que yo estuve ahí para apoyarte en tus decisiones sin dar alguna queja o preguntarte si era lo que deseabas. Se notaba que no, pero no podía hacer nada, mis sentimientos se hubiesen expuesto si lo hacía. Quería estar a tu lado, y ocultando mis sentimientos iba a lograrlo, después de todo tú no estabas interesada en conseguir pareja, por lo que, a mi entendimiento, nunca serías de nadie y yo estaba feliz así.

Pero llegó ella...

De un momento a otro llegó como estudiante de primer año, dejándote cautivada desde el momento en que la viste. Si tan solo supieras el dolor que me causaste al verla con ese brillo en tus ojos, el sonrojo en tu rostro te delataba.

Park Jihyo había arruinado mi vida con tan solo aparecer en la de Sana.

Apenas llevaban unas cuantas semanas hablando, pero se notaba que Sana sonreía cada vez más al estar a su lado. Siempre la buscaba a ella, ya sea por compañía o para hablar. Estaba claro que Jihyo sabía cosas que yo no, sabía que Sana se estaba enamorando de ella, pero yo no podía hacer nada, simplemente ver sus avances, sus miradas, y mi corazón rompiéndose cada vez más.

Tan solo quedaban un par de meses para que Sana y yo pasáramos a último año, pero yo no estaba completamente segura de seguir aquí. Mamá me habló de un colegio para chicas en Taiwán, de donde provengo, me dijo que lo pensara porque me serviría para ir a la universidad.

Quería decirle que no, que me quedaría con Sana como le había prometido, pero algo me hizo cambiar totalmente de opinión.

Ya era hora de ir a casa, estaba esperando a Sana en las afueras del colegio, después de mucho tiempo me había pedido ir con ella hasta la parada de autobuses como lo hacíamos antes.

Los minutos pasaban y ella aún no llegaba, por lo que me decidí en ir a buscarla donde creía encontrarla. Siempre se iba a esconder detrás del gimnasio, casi nadie pasaba por allí, así que amaba ese lugar.

Al llegar mi cuerpo se paralizó, mi corazón dejó de latir por un segundo y mis ojos estaban que se salían de su órbita.

Allí estaban Sana y Jihyo, compartiendo un beso extremadamente dulce y delicado, con los ojos cerrados, ambas con las manos afirmadas en la otra, sus rostros sonrojados.

–Me duele... –dije en un susurro. Sentí que no tenía nada que hacer allí, por lo que decidí irme. No me importaba el que Sana me haya dicho que la esperara, no valía la pena estar a su lado si mi corazón se seguía destruyendo.

Corrí como si mi vida dependiera de ello, limpié mis lágrimas una vez llegue a casa. No quería preguntas, sabía que mamá estaba dentro, hoy no tenía trabajo.

–Hola, cariño

–Hola, mamá –me quedé unos segundos en silencio pensando en lo que le diría, no tengo ni idea de si es lo correcto, pero no creo soportar ver como el amor de mi vida se queda con alguien más que no soy yo– Voy a aceptar el traslado

–¿¡De verdad!? Cariño, te encantará, lo sé. Y podremos estar con tu padre más seguido

Mi padre estaba en Taiwán porque a mamá la trasladaron a Corea del Sur, pero al parecer ella hace falta en la sucursal principal, por lo que tomó aquello para volver a nuestras antiguas vidas.

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⏰ Última actualización: Sep 23, 2019 ⏰

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