CAPÍTULO 46

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Por primera vez en la historia, Clarke se reportó enferma. Por un lado, se veía horrible. Tenía los ojos rojos e hinchados, la evidencia de cómo había pasado su noche. Y francamente, no podía reunir la energía para fingir que estaba bien por más tiempo. Se sentía miserable. Tan triste y miserable como nunca recordó haber estado.

Una mirada a los ojos de Lexa trajo la profundidad de su amor hacia la superficie y sólo sirvió para magnificar el dolor en su corazón.

¿Te enamoraste de mí, Clarke? ¿Por eso estás llorando?

"Sí" susurró.

Envolvió sus brazos alrededor de ella, queriendo desesperadamente...necesitando...un abrazo. Sabía que tenía que romper con esto. Sabía que tenía que superarlo. Pero en este momento, le dolía demasiado como para hacer cualquier cosa. Así que volvió a sentarse en el rincón del sofá y metió las piernas debajo de ella, mirando la pared del fondo, mirando a la nada, por temor a que se cayera a pedazos.

***

Lexa no podía quitar la sonrisa tonta de su rostro. Y no podía esperar estar cerca de Clarke. No contestaba su celular, pero no le sorprendía. Lo sorprendente fue la admisión de Octavia de que ella se había quedado en casa enferma. Clarke no estaba enferma.

Lexa sabía que era por su culpa. Sabía que las lágrimas de Clarke eran por causa de ella. Y ahora estaba a punto de ponerle fin a esas lágrimas.

Ayer por la noche después de haber llamado a Michael Stewart para decirle que después de todo no iba a volver a Winter Park, también había llamado a Roan. Él estaba muy emocionado al saber que iba a quedarse. Y estaba más que dispuesto a extender el uso de su cabaña durante el tiempo que ella necesitara.

Y esta mañana, muy temprano, había conducido a Gunnison y había pasado la siguiente hora tocando, agarrando y abrazando cachorros en el refugio de animales.


Miró la bola de pelos a su lado y le rascó la pequeña oreja. "Espero que tu nueva mamá no esté enojada con nosotros" ellos le habían dicho que su madre era un labrador amarillo, pero el padre era desconocido. Había cuatro cachorros en la camada y todos lucían como labradores para ella, pero el personal había sacado éste, diciendo que se parecía a su madre. Ahora sólo esperaba que su nueva madre lo amara.

Se estacionó junto a la camioneta de Clarke, luego subió las ventanas un poco para que el cachorro no saltara tras ella. "No muerdas nada importante" le dijo mientras salía. El nerviosismo que sintió anoche fue magnificado diez veces más hoy. Hoy le diría a Clarke que la amaba. Hoy le pediría a Clarke que compartiese su vida con ella.

Sin Condiciones (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora