Cierta gallega abrió los ojos. Sonaba música, olía a café y a tostadas, llovía y hacía un poco de frío. Se desconcertó cuándo pensó que esas olores y esa música provenía de su casa, hasta que cayó en la cuenta de lo sucedido la noche anterior.
Se dirigió al salón en busca de la rubia.
- ¿Mimi?.- Entró al salón y al ver a través del cristal que tampoco estaba en la cocina empezó a buscarla por la casa pero no había rastro de ella. Eso sí, había dos platos perfectamente preparados con tostadas, mermelada, mantequilla, un café y un té.
- ¿Pero esta chica dónde se metió?.- balbuceó.Ni rastro. Iba a llamarla cuándo encendiendo el móvil cayó en que no tenía su número así que llamó a Ricky para pedírselo.
- ¿Que qué? ¿Que Mimi vino a tu casa y dormisteis juntas?- preguntaba desde la otra línea.
- ¿Si? - Miriam no entendía su asombro.
-¿Y.....? No ¿no?
- Que dices Ricarda no estoy entendiendo nada.
- Que si follast-
- ¡NO! ¿Pero tú estás bien de la cabeza neno?- Se alteró.
- Conociendo a Mimi... ¿ni se lanzó?
- No.- Sí, en realidad sí, y ella la siguió durante unos segundos pero prefirió evadir los detalles y recordar el momento.- Claro que no.
- Ya... Bueno entonces quieres su número no?
- Si porfa venga
- Eso es que la quieres volver a ver.
- Ricky puedes callarte y pasármelo?
Tras la llamada, recibió el contacto por whatsapp, no tardo en agregarla y llamarla.
- ¿Si?- Sonó extrañada al ver un número desconocido.
- Mimi soy Miriam.
- Ahh! Ya era hora chiquilla.
- ¿Dónde estás?
- Aquí abajo, esque he bajado a comprar unos bollos y me he olvidado que para volver necesitaría llaves, me abres porfa??
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- Cuánto tiempo llevabas abajo?- Cerró la puerta después de haberla dejado pasar.- Pues... media horita buena eh
- Lo siento, podrías haber picado.- La observó y vió que iba con las manos vacías.- ¿Y los bollos?
- Me los he comido.- Se rió cuál niña avergonzada que acababa de hacer una travesura.- Es que me aburría, y cuándo me aburro pues como. ¿Que pasa? ¿Tantas ganas tenías de bollería?- Le preguntó alzando las cejas varias veces.
Miriam se dió la vuelta riéndose y yendo hacía el sofá dónde había delante la correspondida mesa con el desayuno.
- Oye que... que no hacía falta.- Sonrió apenada señalando la comida.
- Que si reina. Encima que me has dejado dormir en esa nube que tienes por cama na' más faltaría.
- ¿Como supiste que me gustaba el té?- Rió dándole un trago una vez estaban ambas sentadas.
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Cada día | Miriam²
RomanceMiriam tiene que sustituir a una profesora que está de baja, y Mimi.... Mimi es la alumna rebelde loca y enamorada.