1er Piso

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Ha pasado un mes desde que el juego de la muerte comenzó, y según las personas en el frente, nadie ha podido encontrar todavía la habitación del jefe en este piso. Muchas muertes se han reportado, y tal como dijo el creador del juego, nadie ha regresado a la vida. Megu y yo seguimos juntas, pero no es como antes, algo ha cambiado en ella, cada día que pasa se le puede ver más callada y menos receptiva conmigo. Seguimos cazando juntas, sin hablar con nadie más además de nosotras. Las interacciones con otras personas se limitan a las compras o intercambios de objetos, y nada más. No es como si los demás no intentaran conversar con nosotras, muchos de los otros jugadores nos invitan a sus grupos o sus clanes, pero... aunque resulte atractivo estar en un grupo grande, a mi nunca me ha gustado socializar mucho. Por el contrario, Megu era diferente, todo lo que yo no podía hacer, ella lo hacía, y ahora es totalmente indiferente frente a las otras personas.

"Sara, ya es hora" me dice Megu con la misma frialdad de los últimos días

"Voy" mi respuesta no ayuda mucho a alivianar las cosas

Durante este tiempo nos hemos mantenido alejadas del frente, a pesar de eso nuestros niveles son iguales a los de ellos, nos hemos dedicado a completar misiones fáciles con altas ganancias y a ir a campos de monstruos fuertes turnándonos para derrotarlo, así nos hemos mantenido a un buen ritmo. Hoy no íbamos a cazar, por primera ve hemos aceptado una reunión con los grupos del frente, más que todo para escuchar la información que tienen que compartir.

Nos terminamos de alistar, comimos algo que Megu preparó y nos dirigimos a la reunión.

Es normal que las personas se nos queden mirando cuando pasamos por la calle, tener 2 chicas que están juntas todo el tiempo no es muy común. Como todos los días, uno que otro se acerca con regalos, ofreciéndonos ser parte de su grupo, algunos otros solo quieren a Megu. Ya me hice a la idea que eso es algo inevitable, Megu debe ser la jugadora más hermosa que hay en SAO y eso le ha servido para ganarse muchos admiradores.

"Megu-chaan" se escucha de algunos que nos ven pasar

Normalmente Megu se avergonzaría y se acercaría a mi, como solía hacerlo en el mundo real, al inicio tal vez su comportamiento era así también en SAO, pero ahora sigue su camino como si no escuchara ninguno de esos gestos de atención. Al inicio me sentía aliviada de ese comportamiento suyo, pero ahora siento que extraño tenerla caminando de mi brazo.

Llegamos al anfiteatro de este pueblo, aún no hay mucha gente reunida, pero los pocos que están, al percatarse de nuestra presencia voltean a vernos y susurran entre ellos. Bajamos las gradas, Megu me deja pasar primero para hablar con los líderes reunidos al centro.

"¡Que bien que aceptaron nuestra invitación!" nos dice un jugador que carga una espada y un escucho pequeño "Ya estamos casi completos"

"Pensé que serían más" dice Megu "Estamos perdiendo un día de caza por esto"

"No se preocupe Megu-san" le responde el chico "Somos los que aún tenemos esperanzas de salir de este piso"

El respeto con el que le hablan a Megu es el mismo con el que dirigen hacía mí, nos hemos ganado la fama de estar siempre ocupadas y siempre molestas.

El chico se puso al centro del anfiteatro y dijo "Mi nombre es Diavel, me gusta referirme a mi mismo como clase Paladín", muchas personas rieron ante esto último. Después Diavel continuó "El día de hoy nuestro grupo encontró la habitación del jefe en el último piso de la torre sur" nos dice el mismo chico "Es nuestro deber derrotarlo y darles esperanzas a los que aun esperan en el Pueblo de los Inicios"

La noticia me sorprendió un poco, no solo ha pasado un mes sin que nadie pueda terminar este piso, sino que las esperanzas de los demás habían ido reduciéndose a medida que pasaban los días. Al ver a Megu veo algo que no veía en ella desde hace tiempo, sus ojos se abrieron como si recién acabará de despertar de un largo sueño, las siguientes palabras que escuchamos la impulsaron aún más y poco a poco su cara comenzaba a recuperar esa energía que creía ya perdida.

Despertar del sueñoWhere stories live. Discover now