BERSERKER

capitulo 1: Berserker

Bajo el manto de la noche un niño vistiendo ropas harapientas corría a toda velocidad por las nevadas calles de Rusia. Apenas y podía mantener el aliento mientras era perseguido por un hombre de mediana edad que le gritaba ladrón y todo tipo de insultos; como si ya estuviera acostumbrado él niño eludió a su persecutor por calles estrechas y callejones. Cuando se aseguró de no ser perseguido, él chico revisó el contenido de la bolsa que sostenía como si fuera su vida misma, varias tabletas de pastillas y un par de jarabes fue lo que encontró. Suspiro con alivio y siguió caminando hasta llegar debajo de una autopista, el paisaje estaba lleno de tiendas de campaña y cambuches improvisados, era pobremente iluminando por las fogatas rodeadas de vagabundos en busca de calor. El chico siguió avanzando por el bullicio y el fétido olor a suciedad hasta llegar a la que parecía su tienda; una mujer en sus 40 saluda al chico mientras dice "está adentro" esté asiente con la cabeza y entra al cambuche. Una niña más joven que él se encuentra recostada mientras toce, al verlo la niña de cabello castaño le sonríe a su hermano.

Abrió los ojos de golpe, con una cara inexpresiva quito las sabanas de su cuerpo y apago el despertador que bruscamente lo saco de su sueño. Respiro el aroma a vodka y cigarro que inundaba la habitación. El hombre caucásico de cabello castaño, ojos café con un cuerpo musculoso y tonificado lleno de tatuajes y cicatrices, se levantó de la cama completamente desnudo, saco una cerveza del mini bar junto a su cama y observó a la rubia sexy bien proporcionada que seguía durmiendo en su cama. Hizo un gesto travieso y caminó al balcón, posó sus brazos sobre los barandales y bebió la cerveza rememorando aquel sueño recurrente que lo atormentaba como un fantasma del pasado. Cuando estaba por terminar su cerveza fue llamado por la chica rubia

-Andrey ¿estas allí? – pregunta la chica rubia.

-Aquí estoy – contesta saliendo del balcón.

-¿Te apetece un mañanero? – dice la chica mientras se muerde un labio coquetamente y observa los 24 centímetros que cuelgan de la entrepierna de Andrey.

Andrey la mira de arriba abajo y un poco tentando hace una sonrisa pícara.

-Me tientas, pero el deber llama– responde Andrey dejando la cerveza.

-¿Qué es tan importante como para requerir la atención del Berserker?, ¿Saldrás del país? – pregunta la rubia.

-La cosa Nostra – la expresión del chico cambia por completo en un rostro de seriedad, llenando de tensión el ambiente – además hoy tenemos un trabajo, me reuniré con los otros para ajustar detalles.

-¿No estaban en paz con los italianos? ¿Van a desatar una guerra en esta ciudad? – cuestiona la chica un poco alterada.

-Por el momento es una guerra fría, nos enteramos que varios de sus hombres han llegado al país en las últimas semanas. Aún no han hecho ningún movimiento pero en este negocio invadir el territorio de alguien es una declaración de guerra. Como precaución me reuniré con Nicolai y los otros dos

-Espera, ¿quieres decir que los cuatro jinetes de los Dimitrios están en la ciudad?, ¿Es tan importante lo de esta noche? –pregunta la chica con una cara dudosa.

-Realmente no, yo solo podría encargarme de todo, pero fue una petición especial de padre. Es lo que él llama "una demostración de poder", básicamente le hacemos saber a los italianos que los cuatro jinetes están aquí – responde Andrey entrando al baño.

El chico entra a la ducha y gira la llave, el chorro de agua cae con fuerza sobre su cabeza y el agua empieza recorrer a través del musculoso y tonificado cuerpo del asesino que lo hacía lucir como una estatua griega, de no ser por los cientos de tatuajes y las pequeñas cicatrices de disparos o puñaladas. Un físico que rosa la perfección y que fácilmente le hubiera servido para ser actor o modelo, de no ser por la maldita suerte que lo persigue desde aquel día en la que aquella prostituta decido no abortarlo. El agua sigue fluyendo y el chico parece estar inmerso en sus pensamientos hasta que el ruido de pasos acercándose lo trae de vuelta a la realidad, rápidamente desvía su mirada hacía el ruido, y allí estaba ella, la hermosa rubia de generosas proporciones parada en la puerta con una mirada coqueta.