Ser estudiante universitaria tenía sus ventajas, y sus desventajas. Las ventajas eran evidentes: más libertad, no tenía que aguantar a chicas inmaduras que la odiaban solo por ser la manager del equipo de baloncesto y compartía universidad con Tetsu. Las desventajas, por otro lado, también eran algo que no podía pasar por alto; Murasakibara vs. Aomine, Midorima vs. Aomine, Aomine vs. Kise, Aomine vs. Kagami, Aomine vs. Akashi y Aomine vs. Leyna.
La generación de los milagros había experimentado lo que era ir por individual durante los años de preparatoria, pero ahora en la universidad querían volver a ser un equipo para así conseguir llegar a las grandes ligas más rápidos. Pero el problema de Satsuki no era ese, el problema de Satsuki era que ninguno de sus amigos parecía poder olvidar el hecho de que la que había sido el centro de sus intereses románticos en los tres años de preparatoria, hubiera escogido a la peor opción de todos ellos para mantener una relación. Se regañó por pensar aquello, pero era inevitable no pensarlo cuando su mejor amigo era de todo menos un novio perfecto; aunque, a pesar de la inaptitud de Daiki, debía reconocer que ya llevaban dos años juntos y que Ley aún no se había cansado de él. A lo mejor, solo a lo mejor, su amigo estaba haciendo algo bien.
Se adentró en la cafetería de la universidad: los tonos azulados de las paredes, el suelo de mármol y las elegantes mesas y sillas negras indicaban que en aquella universidad había un lujo que ella no se podía permitir, pero una beca si que podía permitírselo. Los alumnos charlaban animados en un ambiente acogedor que parecía sacado de una película. Fue directa hacia una de las mesas de la esquina de uno de los pocos sofás que había en la sala: uno de piel sintética negro que recorría por completo la pared del fondo de la sala. En aquel lugar se encontró a parte de su grupo de amigos.
― Daiki, deja de reírte. Te estamos contando un drama humano― el pelo de Ley, que en antaño había sido blanco, ahora lucía con unas puntas de un tono violáceo que le quedaba francamente bien, aunque, al llevarlo sujeto en una cola alta, no se dejaba apreciar por completo el suave cambio que se producía desde el tono original hasta el tinte.
― Aominecchi, es un tema serio― Kise había dejado que su pelo creciera, pues era lo que le habían exigido ahora para una nueva sesión de fotos. Él que también llevaba el pelo algo largo, pero por gusto personal era su mejor amigo de la infancia―. Momocchi, hola.
― Hola― saludó antes de tomar asiento al lado del rubio que la había saludado―. ¿De qué hablabais?
― De una compañera nuestra― respondió Ryota antes de cederle la palabra a Leyna.
―Me ha preguntado si a mi me duele cuando me la meten― Midorima, que había estado callado bebiendo su té, empezó a toser en cuanto escuchó aquellas palabras. Su reacción contrastaba con la de Daiki que de nuevo se estaba riendo―. Y me ha empezado a hablar de su novio, de cuanto le mide, de cuanto le duele que se...
―¡Te hemos entendido!― gruñó el peliverde mientras la peliblanca le dedicaba una sonrisa.
― Sé que me has entendido, pero me ha resultado divertido decirlo de nuevo para ponerte nervioso― había cosas que no iban a cambiar; Leyna molestando a Midorima era una de ellas―. Bueno, que sin venir a cuento nos ha empezado a soltar eso. Kise casi se muere de la vergüenza y yo no sabía si seguirle el juego para reírme un rato o mandarla a la mierda.
― Entiendo...― era una situación extraña, pues si hubiera sido una conocida sabía que Ley le habría seguido el juego, pero siendo alguien que no conocía.
El brazo de Daiki rodeo la cintura de su novia mientras sonreía divertido; aquello olía mal.
― Podrías haberle dicho sobre lo bueno que soy en la cama, lo que me mide y lo bien que se me da hacer que no te duela nada― si ella estuviera en el lugar de su amiga se habría puesto más roja que un tomate al escuchar tal sarta de obscenidades, por suerte no era su amiga.
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Rebel Love
Fanfiction¿Qué habría pasado si Leyna se hubiera quedado con Aomine? La respuesta es simple: Caos. El caracter explosivo de Aomine, y las ganas de molestar a su novio que Leyna tenia... Al final iba a resultar que cualquier otra eleccion habria sido mejor qu...