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Jimin se encontraba sentado en posición de loto, haciendo memoria, ¿Por qué estaba soportando tremenda falta de respeto?

¿Por qué tenía que soportar que su corazón sea herido? Jimin simplemente recordaba ciertas palabras, nombres y frases que llegaron antes de estar sentado observando como el amor de su vida era devorado por una víbora.

Clase de microeconomía, trabajo en pareja.
Él, Yoongi y la novia de Yoongi.

Lee Yang Mi le llaman.

Jimin se retuerce por dentro, porque se supone que ELLOS eran compañeros de equipo, Jimin ni siquiera debería de estar ahí.

La misma Yang Mi lo dijo cuando lo vio nada más entrar. Con el ceño fruncido y las manos enredadas en el brazo de Yoongi.

-¿Qué hace Park acá?, si ni siquiera está en nuestro mismo salón.

Y no, no lo estaba. Jimin era dos años menor que ellos, eso todos los presentes lo sabían. Pero Yang Mi tenía esa mala costumbre de recalcar lo obvio.

Yoongi no se dejó convencer por la actitud de la chica y sonriéndole con extrema felicidad le contestó.

-Jimin tenía problemas en casa y sabes que somos cercanos. No te molestes Mimi.

Le dejó un beso a la chica, beso que le dolió de diferente manera a dos corazones.

¿Hace cuánto había estado soportando todo eso?

Jimin, recuerda que nadie puede saber esto.

Cómo no recordarlo, horas antes habían estado besándose en el mismo suelo en el que ahora estaban sentados. En el mismo lugar en el que la pareja estaba compartiendo miradas dulces y besos suaves.

Ella en algún momento se dará cuenta.

Jimin quisiera explicar como había entregado su cuerpo y corazón a alguien que no lo mira más que como una distracción.

Quería explicar de que forma se enamoró de un ser que a sus ojos era maravilloso. Para Jimin, Yoongi era alguien que se merecía el universo, un ser humano perfecto.

El de piel pálida siempre estaba dispuesto a esperar por él, tomar su mano y correr juntos a casa. Él siempre estaba dispuesto a todo por el mayor, por eso se dejó convencer por esas encías rosadas y se dejó apresar por esos delgados brazos.

Yoongi muchas veces le prometió un cambio, pero jamás le prometió amor.

Cuando Jimin ya había entregado el alma al diablo se dio cuenta que le quedaban pocos meses para que su chico de tez pálida se volviera universitario y Jimin jamás le había dicho lo orgulloso que estaba de él.

Con una escusa bien rebuscada, se escabulló hasta el edificio en donde estudiaba el mayor. Y lo que vio no le gustó para nada.

Jimin estaba perdido. Perdido entre las manos entrelazadas y los ojos asustados de quien había sido su primera vez en todo.

En la primavera de la graduación del mayor, Jimin se enteró que había sido un tres entre dos. Todos estos años entregando su cuerpo y amor a alguien que ya estaba tomado.

Quiso correr lejos en ese momento, él no quería ser el tercero, no quería ser quien esperara, Jimin no podía ser el amante de Yoongi.

Pero de nuevo, los delgados brazos no lo dejaron ni moverse. Las manos que tantas veces lo acariciaron, limpiaron sus lagrimas. Y los labios que tanto había besado le prometieron algo mejor, como tantas veces incumplieron.

I'm A Mess/YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora