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𝐀𝐦𝐢𝐫𝐚
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-- beba ¿me abrazas? -- preguntó en un susurro acostándose a mí lado -- es una de nuestras últimas noches juntos
Me di vuelta mirandolo, tenía olor a cigarro y los ojos rojos, abrí las sábanas y dejé que se acueste a mi lado.
Se acostó en mi pecho y cerró los ojos, su respiración era tranquila. Se notaba que estaba relajado.
-- quiero esconderme en tu pecho que nada me joda -- cantó casi en un grito. Reímos
-- bonito que sos -- dejé un beso en su cabeza y comencé a hacerle mimos -- ¿la pasaste bien?
No nos entiendo.
-- perdón -- susurró -- me odio perdón
-- ¿por qué? -- pregunté separandolo de mi, puse su cara frente a la mía y vi que estaba llorando -- valen ¿qué pasa?
-- me odio ami -- sollozó -- me chape a una piba en la joda
No sabia como era mi cara pero dentro mío estaba tratando de procesar la información que me acababa de dar.
-- ¿por qué? Valen te di una segunda oportunidad -- dije en un susurro sintiendo como me volvía más débil
-- pégame, bardeame hace lo que quieras conmigo pero no me dejes -- reí amargada
Tomé una campera y en el bolsillo de esta tenia un porro, me levanté de mi cama y me dirigí a la terraza. Quería pensar.
Soltaba el humo y veía el cielo, era madrugada. No estaba la luna ni el sol, pero tampoco ninguna estrella.
Con lo que me costó tratar de dejar el pasado atrás un rato y darle una segunda oportunidad, ahora viene a cagarla denuevo. Comenzaba a creer que el problema era yo.
-- andate -- dije firme cuando volví a adentrarme a casa -- por favor
-- ami, son solo dos días más y me dejas de ver el tiempo que quieras -- negué
-- quiero estar sola valen, ándate -- dije cruzandome de brazos -- mañana hablamos
-- hablamos mañana, te amo -- dejó un beso en mi mejilla y salió de casa.
Me senté en el sillón y me tapé la cara largando en llanto, no podía ser que otra vez vuelva a hacerme lo mismo.
¿Tan fácil de cambiar soy?
Tire lo primero que vi al piso con toda la bronca que tenía acumulada, caminaba de un lado a otro tomándome la cabeza. Suena exagerado sí.
Cuando terminamos con Valentín me maquineaba la cabeza 24/7, tanto que tuve que ir a un psicólogo. Tomé medicamentos y trataba de mejorar.
Y cuando supere todo eso volvi a caer en sus brazos, y volvió a hacerme lo mismo. Ahora estoy sola desquitandome y echándome la culpa de todo.
Valentín la había cagado otra vez, y yo otra vez caí en su jueguito.
¿Realmente me amaba como lo decía? Seguro que no, se supone que si amas a alguien no le haces este tipo de daño.
Pero yo sí lo amaba y quería todo con el.
