Todos tienen un guardian.
Yo, soy uno de ellos. Hay angeles en la tierra, exactamente el mismo numero de humanos que la habitan. Hay mas angeles en la tierra que en el cielo.
Los guardianes cuidamos a las personas en la tierra; cada uno tiene un guardian. Yo, tengo una humana.
La mas hermosa de todas ellas; permanezco a su lado todo el tiempo, la acompaño en sus mas profundos sueños. La he acompañado desde que llego a este lugar.
Los guardianes tenemos muchas leyes: No interactuar con otros humanos, no hacerte visible a los humanos, no hacer ¨milagros¨ innesesarios...la que yo mas odio y detesto con el alma: No enamorarte de tus alas. Mis alas, eran ella.
Nadie sabía el porqué de esa norma.
Los humanos creen que tenemos grandes alas, con blancas y brillantes plumas; pero no, nuestras alas son las personas que cuidamos, a quien protegemos.
Yo tenía las alas más hermosas de la tierra. Era perfecta. Aun asi, dormida en esa cama, con la piel palida, y los ojos rodeados de sombras tan oscuras como su cabello. Yo la observaba en silencio.
El constante pitido, en sintonia con su corazon, era lo unico que mostraba vida en su interior. Ya casi era su hora.Desde niña habia estado multiples ocaciones en esta sala: ella necesitaba un corazon. Pero ese corazon nunca llego.
Habia visto todos los dias a sus padres, deambulando por los pasillos. Mis hermanos hacian todo lo pocible por consolarlos, pero era muy dificil.
Yo estaba feliz. Era tan egoista, pero por fin podria tocarla, hablarle y guiarla por el camino al cielo. Anhelaba crear nuestro paraiso.
Una trompeta sono. Segundos despues, el pitido constantes se convirtio en un agudo sonido que indicaba el final. Su corazon estaba muerto.
Una luz inundo todo. Ya no estabamos en el hospital. Estabamos en las puestas del cielo; frente a mi, un rostro vivo, brillante, me observaba con atencion, como si reconociera algo, pero no recordara de donde. Yo solo le sonrei y tome su mano.

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Alas de Ángel
FantasyElla quería un corazón. El la quería a ella. Ella estaba muriendo. El era su Ángel. Ella eran sus alas. Y el estaba enamorado de sus Alas.