1- La Fiesta en que todo comenzó (1)

14 0 0
                                    

-22 de Diciembre, 8:28 pm-

-¿Me sirve otro trago por favor?- ¿Otro Malbec?- Si por favor, que sea "Novecientos"-  Esta bien, con mucho gusto- 

El bartman se retiró a buscar la bebida que aquella señorita le pedía, aquella señorita hermosa, con un cuerpo atractivo, su talla 38, su melena color miel y sus ojos castaños, que la hacían una chica sexy, misteriosa y tentativa, nadie sabía quie...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El bartman se retiró a buscar la bebida que aquella señorita le pedía, aquella señorita hermosa, con un cuerpo atractivo, su talla 38, su melena color miel y sus ojos castaños, que la hacían una chica sexy, misteriosa y tentativa, nadie sabía quien era aquella, excepto ella misma, estaba claro que hacía allí y que quería, en quien creía y en quien confiaría no era la primera vez que venía al bar "Rainy Love", que disfrutaba de una noche de copa celebrando la llegada de la Navidad, la diferencia es que esta vez no había alguien a su lado, no estaba esa"amiga" esa compañera de trabajo la cual siempre la sonsacaba a bailar y le presentaba mas gente, hombres sobre todos con los cuales tomar mas copas y ¿por que no? pasar una noche juntos, sin compromisos. Ella no contaba con las sorpresas y las causalidades...

-22 de Diciembre, 8:32 pm-

-¿Que pasa?, ¿Por que no bailas? Mirá que la fiesta está entretenida- Si, solo que no me apetece bailar solo- Pero hay un montón de nenas muy buenas, con alguna podrías pasar la noche-No me apetece pasar la noche con nadie- Pero, Ale, buscate una chica para hoy- ¿Para que? Para que luego termine como Fatima, Milena, Kariana, x,y, z, llorando por ti - Nosotros les hablamos claro- Si,pues, voy por un trago-

Otra vez allí, en esa fiesta de Navidad, con sus dos mejores amigos y sus respectivas noviecitas de un momento, lo sabe, siempre lo ha tenido presente, a las dos semanas ellas estarán llorando por esos cretinos. Nuevamente las consolará, pero eso de nada servirá, porque ellas ya estarán decepcionadas de los hombres y él no podrá hacer nada, ni siquiera ofrecerles su corazón.
Él, ese joven atractivo, con sus ojos verdoso, los cuales se veían distinto según la óptica con la cual se mirase, con su estatura de 1:83m, cuerpo atlético, por tantas horas en un gimnasio, cabello oscuro y piel caucásica. Su porte bien podría confundirse con el de un Duque de Inglaterra de los años 1830, con aspecto de ser buen jinete y esgrimista, presto a ir a cualquier batalla, y esta vez estaba preparado para la batalla del amor...

-22 de Diciembre, 8:40pm-

-Aquí está su trago,  señorita- Muchas Gracias- La fiesta está muy entretenida ¿cierto?- Si, lo mejor sin ningún incidente, ni ningún borracho- No como la fiesta pasada, que todo terminó en desastre, bueno no para mi- Si lo recuerdo- ¿Por cierto, por qué su amiga no vino?- El trabajo lo impidió, sabes cuanto aumenta nuestra labor en estas fechas- Si lo supongo, quería verla- Y yo creo que ella a usted también- 

El mesero se retira a otro lado, ella queda allí tomándose lo que quedaba en la copa, sería la penúltima que se tomará antes de irse, puesto que, aunque había decidido que fuera la ultima, el "destino"- si eso existía- así no lo quería...

-22 de Diciembre, 8:42pm-

-¿Bailas conmigo?- una chica muy sugerente se le acerca- Ahora no, solo quiero un trago- él la esquiva como sea, en ese momento sus ojos están en otro lado, en el rostro de una chica sentada en la barra del bar, tomando lo ultimo de su copa, se le antojaba tan linda y cautivante, tan imponente y solitaria,  ahora mas que nunca quería llegar hasta allí, no por su bebida, sino por el cóctel de belleza que se alzaba frente a él.

Y allí estaba caminando como arrobado por esa mujer.

-Hola- solo se atrevió a decir eso, mientras ella levantaba su mirada para mirarle y volver a bajarla enseguida, como diciendo "no me interesa saludarte" el bartman se acerca a él, le saluda y le ofrece una bebida- Que sean Dos por favor- inquiere aquel chico- ¿Cual? ¿Un whisky, un champang, un coñac?- Vino tinto- dice decidido- Malbec, Novecientos- Esta bien, ya lo traigo- Gracias- éste se retira y solo queda aquella muchacha y él,  como lo había calculado, tenía el tiempo suficiente para entablar una conversación, la cual fuera propicia, idónea, para, por lo menos bailar con ella, pero no contaba con su carácter odioso e insufrible, con la coraza de hielo que tenía en su cuerpo...

-22 de Diciembre, 8:45pm-

¿Quien era aquel chico que se le acercaba?, ¿Quien era aquel que osaba hablarle, decirle Hola y pretender una respuesta?, ¿Acaso no le tenía miedo o no le huía a su helado corazón? ¿Pretendía descongelarlo acaso?, ¿Tenía el calor necesario para hacerlo? Ella no sabía las respuestas y tampoco quería averiguarlas, no le interesaba nada de eso, ni le interesaba pasar la noche con nadie y menos con "ese"...

-¿Como te llamas?- Investiguelo- ¿Investiguelo? interesante nombre- sonreía  tiernamente, mostrando lo gracioso de aquel comentario- yo me llamo Alessandro, es un placer conocerte- Asió la mano de ella sin permiso alguno y depositó lentamente un beso suave, con sabor a champan -la bebida que había ingerido anteriormente, a pesar de no ser amante de las bebidas alcohólicas- a dulzura y a pasión; ella decidió retirar su mano rápidamente, sintiendo aquella corriente eléctrica, descarga de un rayo veloz, que cae en medio de su tormenta, él era eso un relámpago que amenazaba con irrumpir, sin su permiso, en medio de su cielo mas bonito...

-¿Te gustaría bailar?- decía mirándola directamente a los ojos inyectado de una profunda tristeza, él podía notarlo, su mirada era dura pero escondía un gran pesar, una pena que no podía soportar, él podía mirar mas allá -¿Entonces, que me dices,"Investiguelo"?- Solo movió su cabeza de un lado al otro, dando una negativa, que a él no le gustara pero podría entender, algo mas la motivaba a ser como era, ella no era así, su vida se había convertido en una tormenta después de una simple lluvia porque el sol se había negado a salir y los truenos se hicieron sentir. Ella movió su mano instintivamente a su muslo, preparándose para cualquier momento en que necesitara de su gran amigo y compañero... 

-Me gustaría conocerte un poco mas- otra vez no dijo nada y entonces llegó el barman con sus dos copas de Vino, entregó una a Alejandro y la otra la dejó sobre la mesa, el mesero se retiró y Ale quedó allí sorbiendo un poco del contenido de su copa y acercando la otra a ella y con un guiño de ojos se fue retirando, dejando al aire una frase -Que la ultima sea pensando en mi-...

Continuará...


Tormenta de PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora