Who Do U Love? Jicheol [Editando]

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Un dolor punzante en ambos lados de la cabeza, mi estómago amenazaba con expulsar todo el alcohol antes ingerido y todo lo que quedara dentro, pero sin importar nada seguí corriendo como alma que lleva el diablo, ni siquiera sabía cuál era mi prisa...No sabía nada, para ser sincero.

Solo quería llegar a mi casa sin saber con exactitud como hacerlo.

El jugo gástrico llegó a mi garganta y de forma instantánea me detuve, luego me incliné y vomité tosiendo de vez en cuando. Tambaleandome apoyé mi cuerpo en la pared de un callejón, cerré los ojos creyendo que todo iba a acabar, pero volví a vomitar hasta lo que no tenía.

Con la diferencia de que esta vez vomité a una persona la cual se acercó a ayudarme amablemente.

–Lo siento...– Respondí con el mundo dando vuelta bajo mis pies.

–Ehm, no es nada.– Se sacudió aunque de forma inútil, el vomito no se quitaba.– ¿Estás bien?– Sentí una mano en mi hombro y yo débilmente levanté la cabeza para tratar de mirarle.

Traté de reconocer los edificios alrededor, el que estaba más desgastado era mi hogar.

–M-Me voy...– Dije luego de hipar aguantandome las nauseas, caminé sin poder abrir los ojos, se sentían muy pesados. Así emprendí mi camino tropezandome de vez en cuando con mis propios pies.

–D-Dejame acompañarte.– El desconocido pasó uno de mis brazos por su cuello y yo dejé caer mi cabeza hacia delante. Le indiqué mi edificio para luego caer como peso muerto y que me tuviera que llevar casi arrastrando.

–¿Por qué vomitas y no limpias tu ropa?– Le dije de repente en medio del silencioso camino. Levanté la cabeza y entrecerre mis ojos mirando su barbilla– Es cierto, yo te vomité.– Recordé y reí tontamente.

[...]

Las incoherencias salían de mi boca una tras de otra, así hasta que llegamos a la puerta del edificio y yo me alejé e intenté abrir la puerta del portal, era muy tarde y ya estaba cerrado.

–Dejame, puedo abrirla por ti.

–¿Por qué te pasaría mis llaves?– Me detuve a mirarlo de forma acusadora y dejé unos segundos de silencio antes de girarme a seguir intentando abrir.– Tal vez te las paso y sales corriendo y luego vuelves a robarme. No, mejor prevenir que lamentar.

–Hmm, puedes sostener mi brazo mientras abro para asegurarte de que no corra, ¿Te parece bien?– Lo escuché acercarse y le tomé el brazo con la mayor fuerza que tenía, seguidamente le tendí mis llaves.

–Tengo un llavero de Groot, ¿No es lindo?– Toqué su hoyuelo marcado cuando sonrió.

–Listo, ya está abierto.– Metió las llaves en mi bolsillo y quedamos en un silencio por un minuto o segundo, no estaba seguro.– ¿No vas a soltarme?

–Tengo miedo, van a entrar los extraterrestres a abducirme.– Me aferré más a su brazo y me escondí en su espalda.

–¿Quieres que te acompañe dentro?– Asentí.– Está bien, no tengo prisa.

Comencé a caminar detrás suyo y llegué a mi apartamento, giré la perilla y le di un par de patadas para que se abriera ya que estaba vieja.

–Mira, tengo un gato, se llama Niki.– Fui a buscar al gato que apenas me vio corrió, lo seguí y me tropecé con la alfombra. Al caer, vi acercarse rápidamente al chico y me ayudó a llegar al sillón sin más percances.

–Otro día puedes mostrarme tu gato ¿Si?– Acarició la zona en donde me lastimé y lo miré con una sonrisa.

[...]