Prólogo

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Vasilisa Coleman se había acostado temprano esa noche y tenia a su hermana Dorothy envuelta en un abrazo debido a que la pequeña últimamente tenia demasiadas pesadillas. La castaña acaricio el pelo de la menor mientras veía el techo, pensando en como decirles a sus padres que la habían aceptado en Oxford, y estaba considerando en ir a aquella universidad en vez de la estatal de Seattle como lo habían planeado.

Los cuatro eran muy unidos, y sabía que con la decisión de irse a otro continente a estudiar le rompería el corazón a su madre, pero la castaña habia soñado en ir a Inglaterra desde que tenía memoria y sabía que si no aceptaba, probablemente se iba a arrepentir por el resto de su vida.

Estaba con esos pensamientos en la mente cuando escucho disparos provenientes del pido de abajo seguido del grito de horror de su madre y eso la hizo deshacerse rápidamente pero con cuidado del abrazo de Dorothy, y correr descalza hasta fuera de su cuarto.

- Por favor, piedad- escucho gritar a su madre mientras bajaba con cuidado las escaleras h se aferró en la baranda, agachandose para que ninguno de los hombres con traje negro y cascos del mismo color la vieran.

Mónica Coleman volteo ligeramente la cabeza para ver a su hija escondida entre la baranda de la escalera y negó con la cabeza disimuladamente ya que sabía que si la descubrían, aquellos hombres no dudarían en dispararle al igual que lo hicieron con su esposo, el cual yacia en el piso a pocos metros de ella

Y entonces escuchó mas disparos y tuvo que taparse la boca para no emitir ningún sonido y se percató que los disparos venían de distintas partes del vecindario ya que su madre aun estaba arrodillada ante el cuerpo de...su padre. Lisa tuvo que tragarse sus lágrimas y reprimio sus impulsos de bajar mientras vio que uno de los tipos apuntaba a su madre con una metralleta y los otros cuatro empezaban a saquear su casa.

- ¿Hay alguien más en esta casa?-le preguntó el hombre y Mónica soltó algunas lágrimas- Responde mujer-grito desesperado

- No, sólo somos mi esposo y yo- mintió la mujer mirando al suelo

- Señor, encontramos esto- dijo uno de los que estaban saqueando y le dio al que le apuntaba la cabeza una foto donde estaban Vasilisa y Dorothea

- No eres buena mintiendo, aunque incluso si hubieras dicho la verdad, tu destino hubiera sido el mismo que tu marido- dijo el hombre y le disparo a la mujer en la cabeza, matándola instantáneamente

Lisa no pudo evitar gritar al ver a su madre caer al piso en medio de un charco de sangre y sin pensar corrió a su habitación antes que los hombres pudieran saber de donde provenía el grito de la chica.

Cerro la puerta de su habitación con sumo cuidado y abrió el armario para luego coger a Dorothy, quien sorprendentemente no se había despertado a pesar de todos los disparos y se metio al armario con la niña en brazos para luego ocultarse con la ropa y los juguetes que habían allí dentro antes de cerrarlo.

Abrazo a su hermana quien estaba despertando y la acurruco contra ella para que no hiciera ruido y se volviera a dormir. A los pocos minutos escucho que tiraban la puerta y puso una mano sobre su boca para no emitir ningún ruido involuntario.

Cerro los ojos cuando abrieron el armario y rezo para que toda la ropa colgada y los juguetes de su hermana sirvieran para que pudieran ocultarlas de ellos.

- No hay nadie- escucho una voz masculina pero joven cuando cerraron otra vez el armario y suspiro de alivio en silencio

Pero no salio de allí, ni siquiera después que ya no escuchara ningún paso en la casa y solo habitara el silencio. Permaneció con Dorothy durmiendo en su regazo el resto de la noche hasta que ella también se durmió con lágrimas en los ojos después de lo que había pasado.

Pensó que lo peor había pasado, pero no sabía que la muerte de sus padres y el saqueo de su casa solo era el principio. La vida de Vasilisa Coleman había cambiado para siempre a partir de esa noche

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