0.0 Adiós

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"— Me iré, tú lo sabes. Y cuando llegue el momento lo único que podrás hacer será llorar mi nombre y maldecirlo, mi despedida será tan caótica que se llevará tu último suspiro y con eso habré tomado todo de ti. "

Las penumbras parecían engullir por completo la estancia; sombras extrañas se extendían a lo largo del pasillo quietas, inmóviles, creando un efecto espeluznante que a mas de uno le causaría terrores nocturnos.

El ambiente era extraño, inconsciente y desalentador al tiempo en el que una energía blanca y esperanzadora se podía sentir a una distancia verdaderamente corta. Las ventanas se encontraban cerradas, todas (o casi todas) tapizadas de arriba abajo por gruesos cobertores, la única que se había salvado de esto era la más pequeña, la más diminuta, la cual yacía en la parte más alejada del pasillo abierta de par en par.

"Fue necesario"

Pensó la mujer de cabello naranja y rostro sucio en el momento en el que tomo asiento frente a ella. La brisa impactó directamente contra sus mejillas y sus labios dejaron salir un suspiro trágico el cual se perdió de forma inmediata en el atardecer.

Un cigarrillo colgaba de su mano izquierda haciendo que el humo proveniente de este llenara la habitación de un fuerte olor a tabaco. Pasaron un par de segundos y sus delgados dedos lo trasladaron hasta la punta de sus labios preparándose para darse el privilegio de una ultima calada con la que se despediría de todos, de ella.

Cerro los ojos y se permitió recordar lo que había comenzado por un accidente verdaderamente tonto, por ahí de una desastrosa tarde del año 1985.

Aun podía sentir casi con detalles la sensación de incertidumbre que atravesó la primera vez que posó un pie en aquella ciudad que tanto daño le había causado, que tanto la había destruido.

Le habían arrebatado por completo la inocencia, tampoco es que tuviera mucho de donde quejarse ya que ella había contribuido en la mayor parte de la horrenda situación, pero aún así, esto no dejaba de doler.

Ha decir verdad el adjetivo "dolor" era demasiado corto pues la mujer lo describiría como el ardor del infierno en su pecho, tan ensordecedor que no importaba lo que hiciera no se podía centrar en otra cosa.
A lo lejos lograba escuchar como ruidos, chillidos y risas se hacían notar de manera escandalosa y ella, como siempre, desde ésa distancia era capaz de imaginar perfectamente de quienes provenían aquellas muestras de expresión; una mujer, un hombre y un infante, más específicamente su hermana y su pareja los cuales cargaban con alegría a una bebé de pocas semanas y muchas pecas en su rostro.

 Era algo extraño pensar que una parte de ella y por supuesto algo del sujeto dueño de sus pesadillas yacía a unos cuantos metros de distancia, aún así le mataba el hecho de saber que jamás volvería a verla, que no compartiría su primera palabra, su primer paso, su primer día de clases o incluso alguno de sus primeros novios, al tomar ésta decisión quedaría sentenciada por el resto de su vida a ser "la mujer que me dio la vida", jamás la llamaría "Mamá".

Tuvo que parpadear por lo menos diez veces para alejar las escandalosas lágrimas que anunciaban su llegada. No iba a llorar, no quería llorar. Había llorado lo suficiente cuando se enteró que estaba embarazada, cuando la mandaron al demonio y cuando la pequeña tocó sus brazos por primera vez.

"Es necesario."

Se recordó repitiéndolo hasta el cansancio utilizando el cigarrillo como elemento anti-ansiedad para evitar seguir sus instintos, para evitar salir corriendo escaleras abajo y arrebatarles a su bebé de los brazos, por que sí, ella siempre sería suya de una manera en la que solo una relación como la de madre e hija puede entender.

Era lo mejor para la pequeña, con su hermana ella podría tener una familia completa con un padre que la quisiese y una madre con la suficiente madurez mental para criarla y protegerla de los peligros de la vida. Amelie en estos momentos no podía hacerse cargo de tales responsabilidades, diablos, ni siquiera sabía si en algún instante sería capaz de hacerlo. 

Todo había sido parte de un un gigantesco un error, una enorme y horrible equivocación la cual le terminó costando no solo su estabilidad psicológica, sino que también al haberse involucrado con las personas incorrectas existía la posibilidad de haberse arruinado la vida entera. No estaba dispuesta a dejar que eso le pasara a su hija, ya había sido "la mujer de Thiago"  y lo que menos quería era que ese monstruo fuera involucrado de alguna u otra manera con esa criaturita tan pura que había dado a luz hace unos meses.  Por lo tanto, solo existía un camino y era aquel que tanto repudiaba sus instintos maternos

Tenía que dejarla marcharse, Abril partiría y se llevaría con ella los desgastados pedazos del alma de su madre, aquellos que aquel hombre volvió así y aquellos a los que terminaría rechazado y olvidado tanto tiempo después. 


...

Por fin he tenido las ganas y la inspiración para escribir algo, ya era hora porque a mi querido Wattpad ya le estaban empezando a salir telarañas. 

Habrá una actualización semanal generalmente los Domingos, en el caso de que tenga muchas ansias de avanzar el proyecto podría haber dos actualizaciones semanales. 

Bienvenidos a este nuevo rinconcito y ojalá hallan disfrutado el material publicado hasta el momento. 

Nos vemos pronto, besos. 

|Los errores de redacción y ortografía serán corregidos al concluir la novela|

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⏰ Última actualización: Apr 28, 2020 ⏰

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