Todo está permitido

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31 de octubre. Halloween. Los demonios tienen un permiso especial para salir libremente por las calles y poseer a los humanos, obligándolos a cometer las acciones más atroces durante una noche al año, solo para ver a las personas sufrir, para que la muerte ronde y se lleve de sorpresa unas cuantas almas, solo para divertirse hasta que la luz de todos los santos ilumine la mañana siguiente y se lleve los pecados que mancharon la tierra.

Niños y adultos llaman al demonio, lo tientan sin saberlo, con las fiestas en su honor, saliendo a pedir dulces por las casas, usando disfraces, todo anima a los diablos a subir a la tierra, a entrar en las casas, a entrar en las almas.

Dos jóvenes se preparan para ir a una fiesta esta noche. Uno de ellos no quiere nada de disfraces. No cree en esta fiesta, no le gusta celebrar Halloween, pero el otro lo anima e insiste que es algo inofensivo, que nada malo pasará. Además, no es un disfraz, solo se pintan la cara, se colocan ropa negra y estarán listos. El otro chico finalmente cede a la insistencia de su amigo. A las 9 de la noche, están en la casa de una chica que los ayudará con el maquillaje.

- Voy a hacerles algo sencillo, pero que impresione - dice la chica mirando a ambos amigos. Le dice al más alto que se siente frente a ella en una silla que había colocado. El chico, que es quien no quería disfrazarse, obedece.

La chica se coloca en otra silla frente a él, y en una mesa que tiene a su costado, coloca pinturas de cara, algunas cremas, lápices y gel. Le pide al chico que haga su pelo claro hacia atrás y se lo sujete con una cinta que ella le pasa. Él obedece sin chistar.

- Te ves mú guapa, Rubiúh - dice el otro chico. Su amigo frunce el ceño y sonríe.

La chica le echa crema en la cara, luego le pone una base de maquillaje blanco, luego le pinta con negro alrededor de los ojos. Toma un lápiz y le dibuja cejas y un par de gotas negras en la nariz. Finalmente, le dibuja una gran sonrisa que luego atraviesa con varias líneas perpendiculares más cortas. El chico no sabe cómo está quedando, ya que no tiene nada en lo que reflejar su rostro. Cuando la chica termina todo, se levanta, va a buscar un espejo y lo coloca frente a la cara del chico.

- Joder, soy igual a Jack Skeleton - murmura mirándose. Tiene ganas de tocar su cara, el maquillaje es tan perfecto que pareciera que hubiese nacido con él. Se acerca la mano a una mejilla, pero la chica lo detiene.

- No, Rubius, si te tocas, se te saldrá la pintura y todo el efecto habrá quedado en nada - le dice. Él asiente, baja la mano y se pone de pie. La chica indica al otro joven para que se siente frente a ella. Le pone crema en la cara, y cuando empieza a echarle una base de color verdoso, se detiene, pues la piel se le empieza a colocar roja. Este chico tiene alergia a las pinturas de rostro. Sin alarmarse, la muchacha toma otros lápices de color negro y le colorea el borde de los ojos.

- ¿Qué pasa con el rehto de la pintura? - pregunta el joven.

- Lo siento, Mangel, pero eres alérgico, así que sólo te pintaré alrededor de los ojos, como un zombi moderno - responde la chica.

Mangel pone cara de decepción, pero deja que la chica termine su trabajo. Luego de una hora, ambos amigos ya tienen sus rostros maquillados. Ya es tiempo de estar en la fiesta. Se despiden de la chica, toman un taxi y se van. En el camino, el taxista evita mirarlos. Sabe que son disfraces, pero en la oscuridad los chicos se ven aún más terroríficos. Al llegar a su destino, los jóvenes pagan y se bajan.

La fiesta es buena. Es en una casa. Beben, bailan, conversan con otros amigos. Hay un espejo en la sala, en el cual Rubius se encuentra con su mirada frecuentemente y siempre se sorprende de lo bien que le queda el maquillaje.

A las cuatro de la mañana, la fiesta acaba. Pueden quedarse a dormir si quieren, les dice el anfitrión, pero Rubén debe volver a su casa. Mangel quiere quedarse, pero ya que convenció a su amigo de venir a la fiesta, se siente obligado a acompañarlo, así que se despiden de los que quedan lúcidos y despiertos, y se van caminando por las calles nocturnas.

Halloween - One Shot (Rubius y Mangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora