Las fiestas no son lo mío. La música ensordecedora, los cuerpos dando vueltas y más vueltas, las sonrisas ebrias... Nada de eso iba conmigo. Para mí, la mejor forma de pasar el sábado por la noche era quedarme en casa, acurrucada en el sofá viendo una comedia romántica con Patch, mi novio. Un plan sencillo y normal... Me llamo Nora Grey y, aunque hace un tiempo era la típica chica adolescente americana que se compra la ropa de moda y gasta su dinero en varias cosas, últimamente la normalidad y yo nos hemos convertido en dos perfectas extrañas. Patch es un palmo más alto que yo, funciona con una lógica fría y rígida, se mueve con el sigilo del humo y vive solo en un estudio supersecreto debajo el parque de atracciones Delphic. Tiene una voz grave y sexy que me derrite el corazón en menos de tres segundos. Y es un Ángel caído: lo echaron del cielo por ser demasiado flexible a la hora de seguir las normas. Personalmente creo que tuvo más que ver su modo de ser, demasiado poco normal. Tal vez mi vida no tenga nada de normalidad, Pero sí estabilidad. Es decir, materializada en Vee Sky, mi mejor amiga desde hace 12 años. Dicen que los Opuestos se atraen, y Vee Y yo somos la prueba de ello. En mi vida todo es casi perfecto, pero esta vez no.
El sol asomaba por el horizonte, perfilando la silueta infinita del ejército de ángeles caídos que avanzaba implacable por el cementerio. A la luz sesgada de primera hora de la mañana, sus sombras emitían un azul incandescente, como una ola gigantesca que se acercaba a la costa. Un hombre —un Nefil— encabezaba el ejército blandiendo una espada luminosa y azul. Una espada creada para matarme. Incluso a esa distancia, los ojos de Dante parecían pendientes solo de una cosa: encontrarme.
Me había preguntado cómo debían de haberse abierto las puertas del infierno y ya tenía la respuesta. El halo azulado que envolvía a los ángeles caídos dejaba claro que Dante había recurrido a la hechicería diabólica.
Scott me abrazó con fervor; enterré la cabeza en su pecho, y él me besó la frente con ternura. Vee me rodeó con sus brazos y tardó tanto en soltarme que temí haber derramado más lágrimas de las que tenía.
Me separé de ellos y eché a correr.
El terreno del cementerio ofrecía múltiples escondrijos, pero enseguida me decidí por un árbol que asomaba en la misma colina del parking. Me encaramé a sus ramas con presteza. En cuestión de segundos, los ángeles caídos descendieron hacia ellos como una nube, segando sus vidas como si no fueran más que plantas.
Las llamas se extendían rápidamente por el follaje y reducían el campo de batalla, formando una barrera alrededor de los ángeles caídos. El humo, oscuro y espeso, se extendía por el cementerio como las sombras al anochecer. Los ángeles caídos no podían morir quemados, pero la estrategia del fuego proporcionaba a los Nefilim cobertura extra.
De pronto, un ángel caído apareció entre la humareda, subiendo a zancadas la colina con los ojos bien abiertos. Pensé que me había percibido. Su espada radiaba un fuego azulado, pero la sostenía de tal modo que no podía distinguirle la cara. A pesar de ello, vi claramente que era flacucho, un contrincante fácil para mí.
Cuatro, tres, dos...
Me dejé caer de la rama y me precipité encima de él. El peso del impacto lo hizo caer hacia delante y la espada se le escapó de la mano antes de que pudiera arrebatársela. Rodé sobre mí misma rápidamente y esquivé el cuchillazo que quiso asestarme con el arma que se había sacado de la bota.
— ¿Rixon? —dije, perpleja, al reconocer el rostro pálido y las facciones duras del antiguo mejor amigo de Patch. Patch lo había encadenado personalmente en el infierno después de que Rixon hubiera tratado de sacrificarme para conseguir un cuerpo humano.
—Tú —gruñó.
Nos quedamos mirándonos el uno al otro, con las rodillas flexionadas, listos para saltar en cualquier momento.
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FINALE (fANFIC)
FanfictionTrata sobre la saga de Hush Hush, el ultimo libro, cambie la muerte de Scott y lo que hice fue que no muriese y así pueda casarse con Vee Sky.